jueves, 12 de junio de 2008

RCN: el courrier de Palacio

Por
Germán Ayala Osorio (Colombia)
La alocución televisada de anoche, en la que el Presidente se defendió de las declaraciones y chantajes de Yidis Medina, deja varios elementos interesantes, en lo político y en lo periodístico, que bien vale la pena recoger.

En lo periodístico, por ejemplo, se trató de un ejercicio con el cual Noticias RCN le da una bofetada a su inmediato competidor, Caracol Noticias: tuvo al Presidente por más de 30 minutos, en una especie de alocución presidencial recubierta de primicia informativa.

Pero no todo fue positivo en ese ámbito. La escena intentó mostrar una relación horizontal entre el entrevistado y el entrevistador, esto es, entre Uribe Vélez y la presentadora, Vicky Dávila. Digamos que dicha horizontalidad se logró desde la perspectiva del manejo de los tiros de cámara, pero se rompió por cuenta del exceso de veneración de la periodista hacia el Presidente y el carácter impositivo de Uribe Vélez.

Se notó a una periodista maravillada por la presencia y el discurso del Mandatario, pero también, y por momentos, se notó timorata cuando intentó contrapreguntar, logrando que lo que se planteara como un diálogo, apenas si fuera un monólogo en donde sólo habló, señaló y explicó el Presidente. Por eso digo que fue una alocución televisada, pues en ese escenario, nadie pregunta, interpela, discute y confronta.

Y así sucedió anoche 11 de junio de 2008 en la emisión de la noche, del noticiero Noticias RCN. Cuando la presentadora intentó zafarse del ímpetu discursivo del Primer Mandatario, apenas si alcanzó a sugerirle que dijera a quiénes hacía referencia cuando hablaba de ‘falsos moralistas’, al comentar el hundimiento de la reforma política que pensaba depurar las costumbres políticas de un congreso cooptado por el paramilitarismo. Un recurso periodístico para polarizar y desviar la atención del caso de la Yidis Política, involucrando a otros actores políticos. En este caso, fue evidente que el Presidente hacía referencia al congresista Gustavo Petro.

Periodísticamente ganó RCN, pero perdió su periodista, a quien el Presidente jamás respetó como una interlocutora válida. Será una cuestión de género, es posible. Ganaron el canal y el noticiero pues muy seguramente más de 8 millones de colombianos vieron la alocución de Uribe Vélez, tratando de explicar su sospechoso silencio ante las presiones y chantajes, que según el propio comunicado de la Casa de Nariño, recibió él y su familia de parte de Yidis Medina.

Pero también creo que debe ser agridulce el sabor que queda en las directivas y en el propio equipo periodístico de RCN pues además de auto proclamarse líder en opinión y en noticias, ahora deberá decir que es líder en encomiendas, pues ayer, como desde el 2002, viene entregando sin contratiempos, los mensajes de la Casa de Nariño. Un noticiero con -o como- servicio de mensajería, pierde en lo periodístico, pero gana puntos en el competido mundo del courrier, en donde sobresalen Servientrega, DHL y UPS.

En lo político, vale la pena preguntarse ¿por qué ahora el Presidente, que es acusado de haber comprado el voto (sin duda, una forma de persuadir) para asegurar la aprobación del acto legislativo que garantizó la reelección presidencial inmediata, sí sale a señalar que Medina lo chantajeó, así como a miembros de su familia? Por lo menos resulta curioso y sospechoso, que un Presidente, acostumbrado a cazar peleas, a confrontar opositores, a señalar enemigos y colaboradores de terroristas, a gritar generales y cuanto paisano se le atraviese, haya guardado silencio cuando, según él mismo, Yidis Medina lo llamó a cobrarle el favor recibido cuanto aquella votó a favor de la reelección. El argumento entregado anoche por Uribe es inaceptable: no quería involucrar a mi familia en esto… dijo el Mandatario.

Previa a su alocución de anoche, hubo un cruce de comunicados y declaraciones entre el Presidente y Yidis Medina que prueban que efectivamente algo turbio hubo durante la votación del proyecto reeleccionista. Que se logre demostrar o no la participación directa de Uribe Vélez en la ‘compra del voto’ es un hecho apenas circunstancial.

Lo cierto es que es evidente que se compró el voto y por lo tanto, esa reelección es ilegítima. En días pasados el propio Presidente señaló que el gobierno no compra conciencias, el gobierno persuade. ¿Será que un par de notarías y la dirección de una clínica no son suficientes para persuadir a una congresista necesitada de fortines políticos?

Mal hace el Presidente en salir a firmar y jurar comunicados. No sólo demuestra desespero, sino que terminará reconociendo que por lo menos permitió que una simple congresista lo chantajeara por unas dádivas prometidas por funcionarios de su Gobierno.

Muy seguramente, con la alocución de ayer, la popularidad del Presidente poco se afecte, pero lo que queda claro es que el rol que vienen jugando el Noticiero RCN y en general la gran prensa colombiana, hace posible que hoy los medios colombianos hayan pasado de la acción informativa a la acción política, en apoyo irrestricto a un gobierno.

Los medios en sí mismos producen discursos bajo lógicas y criterios que corresponden a su doble carácter, medio-empresa, con efectos garantizados en el terreno político. El participar del ámbito político como mediadores alternos, indica que entre

... más opera un medio en la esfera política (como ocurre con los periódicos), más central es el interés que reviste para quienes detentan el poder o para sus oponentes. Que los medios utilicen o no su potencial crítico depende mucho más de circunstancias y elecciones individuales[1].

Ello puede resultar legítimo como quiera que los medios masivos fungen como empresas privadas que acomodan sus intereses a las circunstancias del mercado y del entorno político (mantenimiento de frecuencias y próximas licitaciones), pero resulta contraproducente para el periodismo. Solo el tiempo dirá cuánta credibilidad perdieron los medios y los periodistas colombianos que decidieron incursionar en el negocio del courrier.

[1] McQuail, Denis. Introducción a la teoría de la comunicación de masas. España, Paídos Comunicación, 1991 p. 42.

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