El manejo y tratamiento de los Derechos Humanos por parte del Estado Colombiano, ha tenido diversos y complejos matices, según sea el momento histórico y las circunstancias del caso. Para lo primero, es decir, el momento histórico, se podría decir que el asunto de los Derechos Humanos comienza a tener cierta resonancia a partir de la instauración del sistema de democracia restringida del "Frente Nacional" (1958), cuando se pone en marcha un régimen de alternancia bipartidista durante dieciséis años. Para este período de absoluta dominación bipartidista, los sectores distintos al bipartidismo, se ven excluidos del manejo del poder y, a su vez, se ven sometidos a una fuerte persecución social y política. El Frente Nacional fue capaz de ocultar un sinnúmero de violaciones a los Derechos Humanos, siendo la persecución política el delito más cometido por parte del Estado Colombiano. Finalizado el Frente Nacional en el año de 1974, comenzaría el gobierno de Alfonso López Michelsen, que, aunque tenía relaciones con el sindicalismo y los movimientos sociales en general , se puede considerar como un gobierno conciliador y acogedor con respecto a determinados sectores que habían sido excluidos durante el Frente Nacional, por ejemplo, el partido comunista, que en el pasado había tenido ciertos vínculos con el presidente López. Para el año de 1978 llega al gobierno Julio Cesar Turbay Ayala, quien se caracterizó por implementar medidas altamente represivas con la excusa de garantizar mayores niveles de seguridad. Para tal fin, Turbay puso en marcha la política denominada de "Seguridad Nacional", en la cual, la violación de los Derechos Humanos fueron una constante, y, a pesar de las victorias de tipo militar conquistadas por parte del ejercito sobre las guerrillas en este período presidencial, las denuncias sobre violaciones de los Derechos Humanos se hicieron cada vez más frecuentes. El gobierno de Belisario Betancur (1982 – 1986), trajo consigo la posibilidad de entrar en diálogos con la guerrilla de las FARC; igualmente, puso un tono en favor de la promoción y defensa de los Derechos Humanos por parte del Estado Colombiano. Para este gobierno, seguían presentando violaciones constantes a los Derechos Humanos. La diferencia sustancial, con relación al anterior gobierno, radicaba en que, a diferencia de lo que acontecía con Turbay, durante el gobierno de Belisario Betancur no se le atribuía responsabilidad al Estado con respecto a vínculos o apoyo a grupos paramilitares. Las conversaciones entre el gobierno de Belisario Betancur y las FARC fracasarían, y para el año de 1986 llegaría a la presidencia Virgilio Barco, quien intentó apropiarse de la bandera de los Derechos Humanos creando una oficina de Consejería de Derechos Humanos, que, aunque tuvo un marcado interés por disculpar y negar la responsabilidad del Estado en la violación de los Derechos Humanos, fue un paso importante para crear mecanismos institucionales para la defensa de estos mismos Derechos.
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