Hasta que punto ha llegado la cacería a muerte por parte del ejército colombiano y la interminable acción del gobierno en turno, hacia los grupos al margen de la ley, que un par de ejércitos revolucionarios que han tenido décadas de disputas y combates por tierras para sus negocios ilícitos, como lo son el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), que viendo las amenazas y las perdidas de sus más altos mandatarios, tienen como propuesta el integrarse y ayudarse mutuamente; aunque aun no se sabe si es para una salida negociada en conjunto o una unión para la lucha popular revolucionaria, sin importar las diferencias ideológicas.
El saber si es una buena decisión por parte de ambos grupos ilegales, el hecho de unirse y compartir metas a conquistar, ¿¿será de verdad una salida??. Pues han tenido lamentables bajas que interfieren con la credibilidad de sus propios combatientes, han tenido una moral decreciente y poco creíble que les ha llevado a la propia traición y a utilizar como armas letales los rencores que quedan de el haber luchado entre si, derramando la sangre de compañeros de revolución, en vano.
Aunque tampoco podemos dejar a un lado, el fin o los intereses de unos pocos, que coinciden con ser los actores intelectuales y que por miedo a lo que pueda acrecentar el quedarse solos y sin mucha defensa, hacen que intenten mediar entre los verdaderos esclavos terroristas y arrastrar el mayor numero de institucionalizados, para que luchen bajo su mando y en su protección.
Mirando la situación de cerca, se puede obtener una conclusión, de que lo último que quieren llegar a hacer es involucrarse dentro de los acuerdos que ofrece el presidente Uribe Vélez, y es de esperarse, pues, un presidente que ha tenido supuestos vínculos con el paramilitarismo y que notablemente defiende con motivos indirectos su espalda, de sus antiguos “socios” detenidos y condenados por paramilitarismo, enriquecimiento ilícito, asesinato, entre otros crímenes de lesa humanidad. Mejor tiende a opacar su culpabilidad y sus nexos, difamando cada vez más y sacando pruebas en contra de los movimientos guerrilleros, un ejemplo notable, sería sobre los computadores y la información incautada pertenecientes a Raúl Reyes que le sirvieron como artimaña de entretenimiento, mientras su primo Mario Uribe era arrestado en la embajada de Costa Rica (cede Bogotá), patrocinador del partido político Colombia Democrática, (primer partido de Álvaro Uribe Vélez del cual fue fundador); y donde de tres senadores elegidos en el año 2006, todos en estos momentos están involucrados dentro del proceso de la parapolítica, todo eso ejecutado por nuestro presidente para desviar la atención del pueblo colombiano, valiendose de sus principales herramientas, los medios.
Solo falta la oportunada y llena de sentimentalismo y patriotismo reacción de nuestro mandatario a tales propósitos guerrilleros, tal vez se manifieste solo cuando por algún motivo, algún familiar o amigo suyo resulte involucrado con el paramilitarismo, para de nuevo colocar otra capa de maquillaje a la conciencia de su país, opacando lo importante y exagerando lo conocido, haciendo de la patria un circo de engaños.
La unión puede darles más fuerza a tales grupos revolucionarios, pero de seguro no dejará pávido al ejército, que sin duda actuará rápidamente para evitar la presión y la amenaza que esto generaría, gastando más recursos de la salud y la educación, en munición, todo esto para sostener el telón y no dejarle caer el “lindo” reinado de nuestro queridísimo presidente Alvarito (sarcasmo). Dejando descubierto tras bastidores a alguien que prioriza sus intereses personales sobre las necesidades de su país.
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