miércoles, 27 de enero de 2010

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


Llamar la atención de los periodistas o distraer a los medios masivos es relativamente fácil, especialmente cuando la persona que maneja las agendas mediática y política es el Presidente de la República.

Apenas se estaban discutiendo los alcances de los decretos de la ‘emergencia social’, cuando el anuncio presidencial de conformar una red de sapos con estudiantes universitarios a cambio de 100 mil pesos mensuales, clausuró un tema, un asunto público sensible, que podría servir para que los afectos a Uribe entiendan de una vez por todas que la defensa del gran capital que agencia Uribe, afectará la calidad de vida de millones de colombianos, entre los cuales, están varios millones de ciudadanos afectos al Presidente.

En la Casa de Nariño y en el ‘Ministerio de la Propaganda’ reconocieron el riesgo que para la eventual reelección de Uribe (vía votación del Referendo) generaría la discusión pública que se venía dando en varios medios masivos, alrededor de los decretos que en materia de salud, el Gobierno había expedido dizque para conjurar la crisis del sistema de aseguramiento.

Por ello, de manera hábil, y con la complicidad de periodistas radiales y de la gran prensa escrita, insertos en la inercia mediática, el Presidente lanzó la propuesta de reclutar universitarios para que señalen, informen y hagan parte de tareas de la fuerza pública, a cambio de 100 mil pesos mensuales, dizque para conjurar la violencia que se vive especialmente en ciudades como Medellín, Bogotá, Cali y Barranquilla, entre otras.

Es decir, el administrador, el capataz de la finca llamada Colombia, decide que los asociados al Estado (en adelante se llamarán agregados), ahora deberán dejar su condición de civiles para volverse actores del conflicto, a cambio de 100 mil pesos.

En regímenes despóticos como Cuba y Venezuela se conforman células revolucionarias o comités de defensa, que sirven para violentar las libertades de conciencia y de expresión y por esa vía, conculcar los derechos humanos en materia grave de aquellos que no comulgan con las políticas de Gobierno, señalados previamente como detractores, enemigos, terroristas o ideólogos de modelos de país contrarios a los propuestos por los dictadores de aquellos países. Es decir, la política de vigilar y castigar. ¿Será que eso es lo que pretende lograr el Presidente Uribe con la peligrosa propuesta?

Con los informantes-estudiantes se borra de un tajo el sentido de la ciudadanía y se pierde la condición de civil, en un escenario de cooptación en el que se pondrá en riesgo la vida de los universitarios que decidan aceptar semejante iniciativa.

Pero más allá de la propuesta, lo que se pone de presente es la manipulación mediática de un Gobierno experto en lanzar cortinas de humo, para tapar los malos manejos de los recursos públicos y hacer olvidar los crímenes de lesa humanidad cometidos por la fuerza pública, pero especialmente para evitar que las audiencias conozcan que los decretos firmados por el Gobierno lo único que buscan en evitar que las EPS presten un mejor servicio a los colombianos.

En el escenario despótico que ha ido poco a poco consolidando el Presidente, los medios de comunicación y los líderes de opinión tienen una gran responsabilidad, en la medida en que se han dejado llevar por la inercia periodística, que apoyada en maniqueos valores/noticia, le siguen facilitando las cosas al Gobierno de Uribe.

No hay en los medios de comunicación una actitud de seguimiento y vigilancia permanente de los asuntos de Gobierno. Cada que el Presidente habla, medios y periodistas corren a registrar lo dicho y lo hecho, en una decisión periodística y editorial que facilita las cortinas de humo, y hace que medios y periodistas sean cómplices de la confusión de las audiencias, incapaces de relacionar y de cruzar hechos, en aras de reconocer, con claridad, las verdaderas intenciones y el modelo económico que se esconden detrás de medidas como los decretos de la emergencia social y la anunciada propuesta de meter en el conflicto a estudiantes universitarios.

Sea o no una nueva cortina de humo, el solo hecho de pensar en convertir a estudiantes universitarios en sapos, en actores del conflicto, representa un involución en el régimen democrático y constitucional, en lo que corresponde a libertades y derechos.

Se hace necesario, en las actuales circunstancias políticas, un ejercicio inteligente de la prensa. De lo contrario, serán responsables de los giros involutivos que en materia constitucional y democrática, está dando el país con un gobierno como el de Uribe.

jueves, 21 de enero de 2010

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

A ¿quién le duele la Constitución Política? Esta pregunta podría servir para abrir un camino explicativo de los silencios, sospechosos e inconvenientes por cierto, de ciudadanos e instituciones alrededor de las reformas hechas hasta el momento a la Carta de 1991, en especial, al desequilibrio de poderes que en la práctica significó la aprobación de la reelección presidencial inmediata.

Parece que al grueso de la población no le interesa la suerte del Estado social de derecho e incluso, a quienes por formación e investidura les correspondería pronunciarse en contra de una eventual segunda reelección presidencial -tercer periodo- y el consecuente desmonte del carácter garantista de la Constitución.

¿Faltó acaso una mayor y mejor socialización de los alcances constitucionales consagrados en el texto de la Constitución de 1991? Quizás haya una distancia insalvable entre la letra, es decir, el texto constitucional y la praxis política, que impide que los presupuestos consagrados en aquella bitácora sean asumidos y defendidos en su integridad por los ciudadanos y por las instituciones de la sociedad civil y del propio Estado. E incluso, por las instituciones armadas, que en la actual coyuntura mantienen la obediencia debida al Comandante y al proyecto de restricción de derechos que él encarna, circunstancia que hace de ellas un comodín utilizable para lo que sea, siempre y cuando el presupuesto para la guerra se aumente y con él, los privilegios para quienes portan uniforme.

No hay aún una inercia constitucional en la cotidianidad de los colombianos, reconocida en los ciudadanos de a pie, que les permita estar atentos de los cambios y la nueva orientación que al Estado le ha dado Uribe y sus seguidores.

La enseñabilidad de la Carta Política, articulada a los desafíos del Estado moderno en esta actual etapa de la globalización y a las circunstancias históricas del país político, debería dar cuenta de un proceso de concientización en el que sobresalga la defensa férrea del Estado social de derecho, de las libertades ciudadanas, del equilibrio de poderes y del control a la gestión del Ejecutivo. Por el contrario y de manera contradictoria, en la conciencia individual y colectiva de los colombianos se evidencia hoy una especie de resignación ante el evidente avasallamiento de unas condiciones ideales planteadas para que el Estado alcanzara la legitimidad esperada, asegurando condiciones aceptables de vida para las grandes mayorías.

Se puede explicar el asunto en las difíciles condiciones económicas edificadas justamente para mantener el control y especialmente, para acallar voces críticas, distraer con asuntos importantes de la cotidianidad, pero no fundamentales como suelen ser los temas de derechos y libertades. Se ha generado también miedo en la población colombiana con una política de seguridad diseñada no sólo para combatir a las Farc, sino para perseguir, presionar y desaparecer, si es necesario, a opositores, pensadores, críticos y contradictores, entre otros.

Un factor clave es la baja cultura política en una Colombia en la que la educación no es la prioridad y menos aún el empleo en condiciones dignas. Se suma a lo anterior, el carácter mafioso[1] con el cual la política y lo político se han entendido por quienes desde los partidos políticos e instituciones como el Congreso, agencian los asuntos públicos.

Los ex presidentes, gamonales y caciques regionales tienen también una particular forma de entender los presupuestos constitucionales, que les facilita el acercamiento a prácticas clientelistas, ofrecidas a ellos mismos cuando decidan oponerse, realmente, al giro constitucional planteado por Uribe. En el momento en el que Uribe decida ampliar los beneficios a los militares, a los banqueros, a las multinacionales y de darles contratos e institutos descentralizados a los ex presidentes y gamonales, el cambio constitucional será definitivo: habrá dictadura.

En definitiva, los consensos logrados en la Carta de 1991 y el buen ánimo que generó la apertura cultural y política que ella evidenciaba, se han perdido por el carácter mafioso con el que los partidos políticos y las élites han asumido los asuntos del Estado y los públicos. Defender la Constitución necesita de unas condiciones culturales (económicas, sociales y políticas) que aún no se han generado en Colombia y que con Uribe, se aplazarán indefinidamente. Por ello quizás la conclusión es clara: la Constitución no duele, se usa.

[1] En el sentido de las componendas y el manejo burocrático interesado.

miércoles, 13 de enero de 2010

SE IMPUSO EL TODO VALE

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

Cada vez más se despeja el camino para que el proto sátrapa continúe su ‘obra democrática’ y logre llevar a Colombia a límites insospechados de violencia política, de inseguridad jurídica, desinstitucionalización y desequilibrio de poderes.

No hubo sorpresa en el pronunciamiento del Procurador, un confeso Torquemada, que con su concepto a favor del referendo no sólo legitima la trampa, las argucias, sino que advierte que en materia de control de la función pública, los colombianos deberán olvidarse de garantías de igualdad y de respeto. Será el regreso al espíritu de la constitución de 1886, es decir, bienvenidas la arbitrariedad y la negación de los derechos ciudadanos.

Queda claro que el Ministerio Público desapareció como tal y que será, en adelante, un apéndice del Gobierno de Uribe, que poco a poco ha ido cooptando instancias e instituciones en aras de alcanzar el objetivo final: perpetuar a Uribe en el poder. Ya están en el bolsillo del Gobierno el Consejo Superior de la Judicatura y por lo tanto, los jueces, que se sienten intimidados para fallar en casos como los crímenes de Estado (falsos positivos) y gran parte de la Corte Constitucional, el Congreso, y ahora la Procuraduría de Ordóñez, en fin. Además, tiene de su lado al empresariado, a los banqueros, a los militares y cuenta con la gracia de tímidos y taimados candidatos y precandidatos, incapaces de pronunciarse con vehemencia ante la involución constitucional que se viene con la continuidad de Uribe en el poder.

Todo está listo para la dictadura civil de derecha, esta vez sí declarada en Colombia. La más reciente la protagonizó Julio César Turbay Ayala, con la aplicación implacable del Estatuto de Seguridad. Ahora, con Uribe, el escenario podría resultar peor en materia de violación de derechos humanos y control de libertades ciudadanas.

Muy seguramente revivirá las zonas de rehabilitación y consolidación y el estatuto antiterrorista, con el argumento de que vencer a las Far[1] requiere de ejercicios de amordazamiento de la prensa (bueno, ya está cooptada casi toda la gran prensa) y la reducción de libertades ciudadanas y el control político-militar de zonas, especialmente aquellas donde ejerzan poder gobernadores y alcaldes no afectos a su política de seguridad democrática.

Con el pronunciamiento de Ordóñez se elimina de tajo los ya invisibles límites que había entre lo legal y lo ilegal, entre lo legítimo y lo ilegítimo. Con lo dicho por el Procurador, el país entra en el Todo Vale, principio con el cual Uribe ha actuado públicamente y que es la peor herencia que nos dejará cuando decida abandonar la Casa de Nariño.

Aunque el concepto de Ordóñez no es vinculante y por lo tanto no obliga a la Corte Constitucional (CC) a tenerlo en cuenta, sí puede ser recibido por los magistrados de dicha Corporación como el mejor parapeto jurídico-político, para desde allí defender la postura que a favor del referendo tienen de tiempo atrás varios de sus magistrados.

Ojalá los magistrados de la CC adviertan los riesgos institucionales y constitucionales que correría el país de aprobarse un referendo con todos los vicios e irregularidades que se le han señalado y que el Procurador decidió obviar en su pronunciamiento. De lo contrario, Colombia daría pasos hacia una dictadura de un civil que ama la guerra, pues se da por descontado que alcanzaría el triunfo en las urnas.

Es posible que los niveles de polarización aumenten considerablemente si se logra Uribe quedar un periodo más en la casa de Nariño; también es probable que logre, bajo cuerda, el respaldo de una Oposición más preocupada por contratos y cuotas burocráticas, que por la real estabilidad del régimen democrático.

Lo cierto es que el proyecto político, militar y económico de Uribe llegó para quedarse. Y lo más preocupante es que de allí quedarán prácticas culturales que muy seguramente legitimaran aún más el Todo Vale que acaba de avalar el Procurador.

Un Todo Vale generalizado nos llevará a niveles insospechados de intolerancia, de violación de libertades y de corrupción. Al final es posible que celebremos la derrota militar de las Farc, pero lamentaremos vivir en una sociedad en donde por cuenta de arteros, bribones, pillos, mentirosos, taimados y corruptos, no sabremos diferenciar entre lo que es o no correcto, entre lo legal y lo ilegal y entre lo legítimo y lo ilegítimo.

[1] El Presidente insiste en decir Far, y no Farc. ¿Se tratará de un problema de dicción o de una manera jocosa de desconocer la existencia del ejército ilegal?

martes, 5 de enero de 2010

DE LA TERCERA VIA A LA OTRA VIA (Respeto a la democracia)

Por Victor Manuel Niño *

A este personaje carismático y de gran carácter ( No todos los personajes carismáticos y de gran carácter son inteligentes y demócratas ) el periódico francés Le Monde dio por primera vez el premio “la personalidad del año, 2009” al Presidente Lula Da Silva por su respeto a la democracia, su preocupación por el desarrollo social y económico del Brasil y la defensa del medio ambiente, que en un país que tiene el pulmón de la tierra mas grande del mundo, en la amazonia, es excepcional (La extensión mas grande de la Amazonia la tienen Perú y Brasil). Lula ya había sido premiado por el Periódico Español “El País” y la Revista Británica , el Economista. Lula no se ha quedado, siguiendo los lineamientos de Fernando Henrique Cardoso, en obsesiones nacionalistas en sus dos periodos de gobierno: "diplomacia, integración,comercio, energía, clima, inmigración, espacio y droga " son asumidos por Lula Da Silva con gran equilibrio. El premio se le dio a un demócrata integral que a pesar de sus niveles de popularidad nunca buscó modificar la constitución para ir en busca de un tercer mandato.

Lula ha sido un gran critico del “proteccionismo” de los países del primer mundo, pero sin quedarse en la resignación de los que esperan el milagro histórico de la salida del subdesarrollo sin hacer nada. Piensa que las potencias están demasiado organizadas y así es una desventaja el libre comercio bilateral; mejores ventajas se podrían tener en una organización con otras economías iguales y mostrar que es posible no ser dependientes de los desarrollados. Mientras a los subdesarrollados se les obligó a abrir sus economías, las potencias no permitieron un mercado libre para productos rurales del Tercer Mundo.

Su política de integración es una de las mas acertadas actualmente en nuestro continente, sin las propensiones típicas de los los caudillismos . La regiones latinoamericanas, atrasadas históricamente, han tenido la oportunidad de entrar al escenario mundial y globalizado gracias a la visión de unos pocos que han sabido ubicarlas en un contexto internacional. Ese ha sido el papel destacado primero de Jose Henrique Cardoso y luego de Lula Da silva; han situado al Brasil en una potencia emergente y en un papel destacado en las decisiones globales. Lula lo ha dicho: “ Así como la Unión Europea se expande, Sudamérica debe tener su propia unión comercial, monetaria y parlamentaria,” es la única solución a las pretensiones coloniales de todos los tiempos y sus nuevas formas modernas: vincular políticas agrícolas, industriales, sociales, culturales, y de ciencia y tecnología y construyendo instituciones políticas conjuntas, inclusive caminando en dirección a un parlamento, una moneda única y una política exterior. Un país latinoamericano debe entrar a ocupar un puesto permanente en el consejo de seguridad de las naciones unidas encabezando una política exterior conjunta sudamericana, y obviamente no serán los países obsesionados en sus propios aislamientos, los que ocupen estos puestos (hasta ahora latinoamerica ha estado en el limbo de los que decisen las politicas globales). Las políticas de integración continental delineadas modernamente son las que mejor se adaptan a todas las corrientes y matices políticos pues no tocan particularmente los enconados nacionalismos.

Contra la pretencion de una potencia única que soluciona los problemas de los que ha ella aspiraran, Chile, Argentina y Brasil tienen las memorias de las naciones que asistieron a la 5 cumbre de gobernantes ‘progresistas’* en Inglaterra, para proponer una salida intermedia entre el monetarismo neo liberal y el intervencionismo estadista, lo que llaman sus teóricos la “Tercera Vía internacional” o la aceptación de incentivar la empresa privada en el capitalismo internacional. Lula sostuvo que a Brasil no le interesa la primera, la segunda o la tercera vía, sino su propia vía’, opinión que todavía le convendría aplicar al resto del continente a pesar del Presidente Peruano que en esa ocasión no estuvo presente pese reclamarse de la “tercera Vía” . “pensar por cuenta propia” máxima que tiene ya sus buenos años, ha transformado los destinos de Brasil y Sudamérica, pero dentro de los destinos propios del nuevo mundo centrado en la paz, en la apertura y la justicia social.

Frente a las pretensiones de los “Ingleses y Anglo Americanos” y sus políticas de ayudas militares e intervencionismo militar entrevistas en la “quinta cumbre” a países que consideran que violan derechos humanos, poniendo de relieve una política externa de doble moral, Lula piensa que esto llevaría a que una minoría de Potencias decida a su propia cuenta y al margen de la soberanía de cada nación quienes pueden ser o no atacados. Siempre ha sido partidario de la salida negociada a los conflictos y a enfrentar la pobreza con programas de inversión social que atenuaran la gran delincuencia y violencia que se ha venido gestando en los países y las grandes urbes latinoamericanas, ante la vista gorda de sus Presidentes que pensaran que la gran delincuencia que se ha estado gestando en el seno de sus grandes ciudades no pasa por el Estado, ni sus narices son dignas de oler semejante caso. Lula Insistió en un mundo multipolar ( junto con Mbeki y Shroededer )y veía como un peligro el que una superpotencia imponga su agenda. Su estrategia pasa por potenciar las Naciones Unidas.

La apatía de los europeos por los países latinoamericanos se ha ido disipando. Con Brasil a la cabeza, Lula se posesionó en plena Inglaterra por ser un presidente tan popular (sin pretender aprovecharse de esto ) y por tener el eje de su política internacional en la unidad de Sudamérica. Brasil, como otros países del continente, preferían una relación comercial y diplomática con EEUU o Europa ( como única visión de política internacional) Aun muchos países del continente buscan vínculos con EEUU como la única salida. Las nuevas políticas de integración buscan una relación entre vecinos. La forma en la cual Sudamérica debe hacer frente a la globalización y al ALCA es primero integrándose y haciendo que sus países busquen comerciar más entre ellos. Esto implica crear más caminos, oleoductos y rutas aéreas directas. Si me preguntaran cual seria el candidato mas idóneo para ser Presidente de latinoamericana hoy, diría que Lula Da silva.


Bolonia (Italia), 05-01-2010


* Escitor

*La fuente que utilice para escribir el articulo “ de la tercera vía a la otra vía” fue la de un trabajo del Dr .Isaac Bigios, analista internacional, titulado : “ Nuestra prioridad es la unificación sudamericana” ya publicado en el 2003 y basado en la quinta conferencia de mandatarios progresistas. A partir de ese articulo, leído en una pagina on line con fecha equivocada, cometí el mismo error. De todas maneras, reclamo la actualidad de lo dicho en mi articulo. En política la actualidad no es casual, y el Dr. Lula Da silva tiene el merito de expresar la convicción histórica y utópica latinoamericana: unión continental y democracia. América como territorio de paz, justicia social y abierto al mundo.