martes, 9 de septiembre de 2008

El triunfo de Evo Morales, un paso más al cambio en Bolivia

El respaldo del pueblo boliviano al presidente Evo Morales y al vicepresidente Álvaro García Linera se confirmó con su rotunda victoria en el referendo revocatorio de mandato popular, realizado el pasado domingo 10 de agosto. Según lo señaló un informe oficial, Morales obtuvo el 67.43% de los votos. Alrededor del referendo se habían entretejido historias contra Evo y su proyecto indigenista y socialista por parte de la oposición. Pero el presidente boliviano demostró, a través del apoyo de seis de las nueve regiones de Bolivia, que el país apoya su actual proceso de cambio.
El referendo, a su vez, ratificó a seis prefectos de la oposición y revocó a dos en cada una de las regiones, cesando las funciones de los opositores José Luis Paredes, de La Paz, y Manfred Reyes, de Villa de Cochabamba, uno de los más reacios opositores de Evo. El proyecto indigenista y socialista que impulsa el mandatario boliviano ha tenido una serie de agravios por parte de las oligarquías, que se han encargado de dividir y de empobrecer al país, gracias al poder que las ha mantenido vivas y al provecho que han sacado de los recursos y de las empresas que han vendido.
Este referendo, que desafió a la oposición, representa la voz del pueblo que insiste junto al mandatario en buscar una solución a la crisis política que está viviendo Bolivia. Según lo ha dicho Morales, este triunfo debe servir para entablar diálogos y negociaciones con la oposición, para que ayude a enfrentar el actual conflicto político y territorial del país, y se pueda obtener la unidad boliviana que se logrará “juntando la nueva Constitución Política del Estado con los estatutos autonómicos, pero desde el respeto a la legalidad”.
Sin embargo, uno de los grandes inconvenientes para iniciar los diálogos es que los contradictores no han querido asistir a las reuniones planeadas y así es difícil negociar o llegar a acuerdos que ayuden en el proceso social que se viene construyendo para lograr instaurar la constitución socialista de Evo, tan debatida por su objetivo principal: la nacionalización de la economía y la recuperación de las empresas de Bolivia.
Su propuesta de realizar cambios en la estructura económica, social y cultural en el país ha sido duramente atacada por la oligarquía, pero también por Estados Unidos, ya que Evo ha propuesto otorgar más poder a los indígenas bajo un proyecto social que dignifica a estas comunidades olvidadas y silenciadas. También ha sido polémico su proyecto por haber recuperado la totalidad de la propiedad de los hidrocarburos de su país, que estaban en manos de empresas extranjeras, y por oponerse a la utilización de los recursos naturales y de la tierra como productos que se pueden explotar, destruir y utilizar como mercancía. Y aunque a este proceso social se resistan las grandes elites, quedó presente que las raíces del socialismo de Evo promueven la solidaridad con las masas, el fervor de la justicia social y la honestidad en la política, lo que es apoyado decididamente por las mayorías bolivianas.

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