martes, 10 de mayo de 2011

Del racismo de Berlusconi a la locura de Gadafi

Por Víctor Manuel Niño*

El Tratado de Amistad Libia-Italia se renovaba cada año como un convenio y en memoria podría decirse de su antigua colonia italiana. En el 2010, la renovación de este tratado significó para Italia otro convenio, el control de la inmigración clandestina que partía de los puertos de Libia hacia Europa (Italia). Silvio Berlusconi entre otros tratados, firmó este que significaba una abierta violación de los derechos humanos; la disminución de la inmigración clandestina por mar y el compromiso de Libia para evitar que los inmigrantes que parten de sus puertos alcancen aguas maltesas o italianas. Así, obligados a cruzar el desierto, cientos de inmigrantes huyendo del “cuerno de África”(los que escapan de las guerras, de persecución política o religiosa) fueron abandonados en el desierto. Al ser retenidos en Libia operaba dicho tratado que les anulaba la posibilidad del asilo político. El derroche y la excentricidad que enmarcó la firma del acuerdo entre los dos excéntricos y las repetidas arengas de Gadafi para la conversión de los infieles occidentales desde su tienda beduina instalada en el jardín de una villa de Roma, contrastó con los llamamientos de amnistía internacional, también por la violaciones de los derechos humanos, recordándole a Berlusconi las "graves violaciones" de las leyes internacionales que cada día se cometían en Libia. Así, Italia se ponía a la cabeza de las reinantes xenofobias y racismos en Europa: Berlusconi había logrado en Italia (Junto al Partido político llamado “Liga del Norte”) polarizar la opinión publica en problemas de Italia-inmigrantes. Mientras tanto en el norte de África, en Egipto, a principios de este año (2011), miles de súbditos de Murabak (quien había gobernado durante 30 años) se levantaban en protestas contra la desocupación y la pobreza, iniciando lo que desencadenó una serie de protestas de países musulmanes norte africanos y orientales. El éxito rotundo de Egipto al derrocar a Muraback (durante 18 días de protestas) contrastó con el inicio de las protestas en Libia, en las que Gadafi tajantemente amenazó a sus “súbditos” disolver violentamente cualquier inicio de protesta. “Los vientos de la revuelta Árabe” como calificó el diario el País a estas revueltas iniciadas en Túnez y que se desenvolvieron después en Libia en febrero con la consigna “"¡Bengasi, despierta, es el día que esperabas!" o "¡El pueblo derrotará a la corrupción!", también recordando la muerte de 1270 presos en 1996.

En lo corrido de las protestas hasta febrero se contaban más de 600 muertos en una locura de sangre por apagar las protestas y lo que condujo al bumerang que había lanzado Berlusconi : miles de personas huyendo de las sangrientas represiones en Libia, buscaban asilo en los seguros puertos de Europa (Italia), lo que inició una romería de balseros libaneses por los mares de África: hacia mayo, el drama migratorio era patético, los occidentales acusaban a Gadafi de utilizar a los refugiados contra el mismo occidente. Naufragios que iniciaban con mas de 600 personas a bordo y otros náufragos llegando a Italia. Pero lo que llenó de miedo a los xenofos italianos, fue la que ellos calificaron como invasión musulmana, lo que fue un tiro que le había salido por la culata a Berlusconi.

Escritor*

2 comentarios:

  1. El objetivo de este articulo era el de reflexionar en torno al hecho del inicio de las protestas masivas en Libia y las supuestas brutales respuestas del “Líder de la Revolución” lo que llevó a Francia a tomar la iniciativa en la intervención militar contra el régimen Libio y luego las protestas masivas por la intervención occidental de parte de grupos sociales de diferentes países occidentales. Lo que quería destacar en un principio conllevaba a que todo esto se hubiera podido evitar con que Gadafi hubiera negociado inicialmente con la “oposición” en lugar de reprimirla autoritaria y arrogantemente ¿Seria esto una logica respuesta de ámbitos dogmáticos, cerrados? Quería reflexionar sobre esa mágica palabra “consenso”: inventada humildemente por los griegos, pero después me di cuenta que también en Colombia y Venezuela el consenso era omitido con un desparpajo terrible quedando una concepción política aferrada tercamente al ámbito de Carl Schmidt y al elemental procedimiento de la confrontación.

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  2. tremendo articulo, felicitaciones

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