jueves, 25 de agosto de 2011

La tentación de los autoritarismos

Por Víctor Manuel Niño R.*

En la Historia de América Latina ( y del resto mundo ) la norteamericanización del Continente ha sido también una elección de un incontable numero de gobernantes que han visto en el proceso de su cultura un modelo a seguir, hasta el punto de hacer derivar la historia del continente latinoamericano como idéntica a la del norte, en el caso de la adaptación sin ninguna reflexión de instituciones ( como por ejemplo la educativa) a la realidad social propia. Esta adaptación ha sido tan incongruente, que los efectos se han visto desde el mismo inmediato presente. Por ejemplo , la mercantilización de la educación que en Norteamérica funcionaba muy bien porque su cultura había sido derivada desde una ética protestante y a base de la concepción de la iniciativa privada, en Latinoamérica responde a una industria educativa incongruente o caótica. De ahí el hecho palpable, que las universidades de origen latino estén mucho atrás en las listas de las universidades más prestigiosas del mundo, y que sus egresados no hayan contribuido de una manera significativa en las historia de los desarrollos científicos ( Lo que se pude ver, en la entrega de los premios nobel, relativos a la ciencia y a la tecnología.)

La diferencia entre ambas “culturas” se muestra desde el inicio de las conquista de América : la formación de la sociedad norteamericana comienza con las trece colonias originarias de una ética protestante a diferencia de las paulatinas conquistas españolas, que traían al nuevo mundo la concepción católica de la vida ( que si bien fue esencial en el proceso de la colonización) luego derivaría en una concepción contra reformista, que en Europa había costado muchas guerras (Véase contrarreforma en Europa). A este respecto “Las corrientes literarias en la América Hispánica” (1945)*, del erudito de Santo domingo Pedro Henríquez Ureña(1.884-1946) nos da una claridad a los lectores ignorantes de esta materia, y echa por tierra innumerables prejuicios que han acuñado la dogmatica academia latinoamericana, infundiéndonos racismo y rencor, y nos conduce de la mano, a través de una bella y cristalina prosa hacia la maraña de problemas y casos de nuestra propia historia. La misma historia de la literatura (dicho sea de paso) que se plasma en ese estudio, echa también por tierra la concepción enumerativa y cronológica de la literatura del continente y la antepone a un estudio moderno como historia social y cultural, cosa que a estas alturas del siglo XXI (2011) no se está haciendo, reflejando aun más el dogmatismo y el atraso cultural y socio político al que está sometido el continente.

En cuanto a política hay una diferencia esencial en la formación histórica de la América Sajona y la Latina: “La mayoría de las colonias inglesas, como es bien sabido, comenzaron con una organización más o menos aristocrática , pero fueron evolucionando ininterrumpidamente, hacia la democracia, tanto social como política” (nota 9, capítulo 2.Libro citado). Este subrayado nos lleva a cuestionarnos sobre las “tentaciones dictatoriales y autoritarias” en América Latina, y de estas “tentaciones” se han ocupado de su estudio más los escritores que los mismos historiadores. Desde el inicio del llamado “ boom literario latinoamericano” son los escritores los que han tratado este tema ( Márquez, Llosa, Carpentier), y esto denuncia también el precio que se está pagando por el olvido a que fue sometida la modernización de la cultura ( el olvido de sus grandes diseñadores ( A. Reyes, Henríquez Ureña, Rodó entre otros) por la academia que prefirió pagar altos precios por un conocimiento que importaron de las rimbombantes modas académicas de los países europeos y norteamericanos que ellos mismo no construyeron, y lo que es peor, que ellos mismos no reflexionaron. La aparición de las terribles dictaduras y autoritarismos obedece a circunstancias históricas, no fortuitas: “La América Hispánica evolucionó también gradualmente hacia la igualdad social, pero no en lo político; la democracia hubo de ser impuesta por ley, una vez consumada la independencia…” (Nota 9,L.C). Es una diferencia esencial entre ambas culturas : la tensión entre la ley y el individuo (Léase autoritarismo, dictadura) caracteriza la vida social de los pueblos hispánicos y latinoamericanos. La justicia, que hace el equilibrio entre la ley y el individuo, ha quedado en la tensión que fundamenta la sociedad. El pueblo anglosajón se formó a través de una ética de la “responsabilidad” protestante, e históricamente el pueblo derivado de las conquistas españolas y portuguesas obedece a que: “… el pueblo español ha mostrado siempre una tendencia a hacerse su propia ley” (Pág. 38 .L.C), y en América hispánica debido a un divorcio entre la ley y la vida real apenas finalizada la independencia y que tiene su origen en las “nuevas leyes de 1542” ( Bartolomé de las casas, hizo posible este reconocimiento de los derechos del pueblo aborigen). El lema consistió en “ obedecer pero no cumplir” y esta conducta de los españoles se puede dilucidar claramente a partir del hermoso y breve texto de 1975 del erudito y Profesor Colombiano Rafael Gutiérrez Girardot(1928-2005) titulado La literatura española* que cumple magistralmente los postulados de enmarcar una historia de la literatura en bases solidas sociales y culturales. “La ley” es una constante tensión en los pueblos latinoamericanos, que no fortuitamente tienen la capacidad de fabricarlas abundantemente, haciendo muchas veces de estas, adornos para la vida social.

* Pedro Henríquez Ureña .Las Corrientes literarias en la América Hispánica. F.C.E,1949
*Rafael Gutiérrez Girardot. Hispanoamérica: imágenes y perspectivas. Editorial temis,1989

Escritor*





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