miércoles, 30 de enero de 2008

EDUKADORES

“EL FIN DEL ARTE ES SACUDIR LA IMAGINACIÓN CON LA FUERZA DE UN ALMA QUE NO ADMITE LA DERROTA, AÚN EN MEDIO DE UN MUNDO QUE SE DERRUMBA.”NIETZSCHE

http://www.edukadores-librepensador.blogspot.com/

EDITORIAL
Para el colectivo EDUKADORES es un gusto presentarle a los lectores la segunda edición de nuestro magazín EDUKADORES, el cual es una muestra de escritos realizado por un sector de profesores y estudiantes tanto de universidad como de colegio, que se encuentran en un camino de construcción, reflexión y critica frente a la situación educativa tanto colombiana como latinoamericana.Para proponer alternativas revolucionarias frente a las políticas e ideologías impuestas por la minoría que rige los destinos de la mayoría, llámese G8, Fondo monetario, banco mundial además de los dirigentes de cada país.Para nuestro colectivo la educación que exigen nuestros pueblos, debe estar basada inicialmente en la concientización[1] de un pueblo que duerme en el letargo de los medios masivos, el consumismo, y la cultura postmoderna[2] materialista.
Nuestros jóvenes exigen una preparación de alto nivel que supere los currículos, exige de la ciencia una reflexión sobre nuestro papel en el equilibro natural, del arte un despertar de la sumisión, de la Historia una contextualización, una explicación de su razón de ser y su papel dentro de ella, exigen de la tecnología una propuesta real que los saque de la pobreza respetando lo natural, exigen un compromiso total de los EDUKADORES.
Uno de los problemas mas grave educativos es que el noventa por ciento de los estudiantes de estratos dos y tres no acceden a la universidad, ya sea por la pobreza a la que se encuentran sometidos o por que la educación que recibieron no fue lo suficientemente buena para prepararlos.
Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente se puede evidenvidenciar que el gran abismo que separa a las clases populares de las dominantes es el tipo de educación que reciben.Los primeros se gradúan y salen a engrosar las filas de desempleo, carne de cañón para la guerra o en el mejor de los casos a cubrir los puestos de bajo perfil, incluyendo los que pasan por el SENA.Mientras los estados latinoamericanos y sus instituciones educativas no asuman esta responsabilizad los pueblos que habitan estos territorios se mantendrán sumidos en la pobreza e ignorancia.Por estas razones es necesario que los EDUKADORES asuman este papel que les ha negado la historia y la ideología globalizadora que aplasta los sueños de miles de jóvenes condenados a la desesperanza.LIBRE PENSADOR
[1] Paulo Freire, pedagogía de la liberación[2] Brito García, El imperio contra cultura, del rock a la postmodernidad.

en busqueda de una etica

Por: HIJO DEL OCÉANO

Primera ParteGeneralmente surgen en mí una serie de cuestionamientos acerca de si tiene un verdadero sentido la educación y por ende la enseñanza.Entonces la preocupación y la incertidumbre me invaden y hacen que me pregunte sobre el cómo, para qué y qué se puede enseñar। Obviamente, para el común de las personas puede sonar un poco tonta esta afirmación y este interrogante: ¿Qué enseñar? Y tal vez su respuesta sería la siguiente: “pues lo que normalmente se enseña en la escuela। Matemáticas, español, historia, etc.”. Y si acaso hablamos de gente demasiado tradicional, todavía muchos dirían que se debe enseñar la religión.
En fin, toda esta introducción nos lleva a decir que quisiéramos enseñar muchas cosas que aparentemente consideramos importantes en un sentido cognitivo e intelectual. Sin embargo, más que dictar unas materias formales o llenar a los chicos de información que es lo que la gente normalmente entiende por Educación, más que eso, el acto de educar y la enseñanza como un proceso son todo un conjunto de anhelos, utopías e imaginarios que quisiéramos compartir y llegar a construir con los chicos; pero lastimosamente muchos de esos ideales ya descritos son limitados, condicionados, censurados de una parte, por las mismas instituciones escolares representadas en las directivas y en muchos docentes, y de otro lado por la misma institución familiar.Todos ellos influidos por una sociedad cerrada, todavía dogmática y tradicional como lo es la sociedad colombiana.Este proceso de condicionamiento y censura en la escuela que viene desde fuera del país.Es un proceso nacido en el seno de un mundo contemporáneo materialista y capitalista que solo busca la competencia entre los sujetos, y en el peor de los casos, formar personas que manden o le sirvan a otros.Se trata de un mundo en donde la escuela y las posibilidades de compartir sueños y por ende soñar; de compartir utopías y por ende ser utópicos; de compartir anhelos y por ende anhelar; de compartir imaginación y por ende imaginar; de compartir esperanzas y por ende abrigar esperanzas, son cosas totalmente desechadas que no encajan con el rumbo que supuestamente debe tomar este pobre mundo “postmoderno”.De estos pensamientos ha venido la idea de realizar esta reflexión sobre un tema que abriga alegría, sueños, ilusiones y todos los elementos que describía en líneas anteriores, los cuales, considero debiéramos compartir con los chicos en la escuela e incluso fuera de ella, o sea, en espacios menos institucionalizados।
Este es un tema que para muchos docentes, entre los cuales me incluyo, guarda a su vez toda la tristeza, la melancolía, la depresión y las crisis existenciales que son tan características de los seres humanos y que pueden percibirse de manera muy concreta en el ejercicio mismo de la enseñanza.Me refiero a la Libertad। Sí, la libertad como ese todo que quisiéramos alcanzar pero que también, al parecer es algo imposible de lograr, de la misma manera que es imposible llegar a laverdad absoluta de las cosas y fenómenos que hacen parte de la realidad.
Sin embargo, he querido reflexionar en torno a este tema como algo que es posible construir poco a poco. En otra palabras, mi interés es el de poder demostrar al menos utópicamente, cómo es posible que se llegue a construir y por ende, a enseñar no solo el concepto, sino el valor y el anhelo de la libertad en la escuela.Libertad que implica todo lo que el ser humano y en este caso, los chicos, quisieran llegar a ser. Se trata de esa libertad que desearía tener hasta el ser humano más lisiado por dentro.Es así como al preguntarnos que se debe enseñar en la escuela, en el camino de una respuesta surgen también mil interrogantes entre los cuales podemos encontrar algunos en especial: ¿Qué se podría enseñar en la escuela para alcanzar esa libertad? En otras palabras, ¿Cuál debería ser el camino ideal que nos conduzca hacia la libertad en la escuela? Y ¿Cuál es el papel de las Ciencias Sociales en la construcción de esa libertad?Y aunque las respuestas, en un sentido más poético: el listado de sueños, anhelos, utopías… que surgen como respuestas a esas preguntas, es en realidad muy amplio, de entre todas esas respuestas he escogido varios elementos que desde una visión reflexiva y subjetiva nos permitirán indagar acerca de la posibilidad de construir la libertad en la escuela.Entre esos elementos encontramos, en primer lugar la categorización del concepto de libertad, es decir, las posibles definiciones desde las cuales esta se podría abordar.En segundo lugar, debemos tener en cuenta cuales son las condiciones y el objeto de una ética de la libertad en la escuela así como el papel del docente en la construcción de una eticidad libertaria.Por otra parte, nos encontramos con una serie de obstáculos que se encuentran en el camino de la enseñanza de la libertad en la escuela los cuales es necesario mencionar. Finalmente, toda enseñanza de la libertad trae consigo una serie de implicaciones, que en un sentido positivo le permiten a las persona desarrollarse como sujetos humanistas, sobre las cuales también es conveniente indagar.Precisamente, el objeto de este breve preámbulo es el de establecer unas posibles vías de análisis alrededor del tema de la libertad y su enseñanza en la escuela.Posteriormente, desglosaremos y desarrollemos cada uno de los elementos mencionados. Aquí se corre un riesgo filosófico, teorizar sobre el sentido pedagógico de la libertad en la escuela, o por el contrario, si este camino nos llevará a encontrar que ésta es imposible de lograr.Mucho más si se trata de las ciencias sociales, ya que lo ideal sería no desligar a la libertad de la enseñanza de las mismas।
Considero en este sentido, que esta separación es imposible. Sin embargo, lo que intentaré demostrar es que la cultura dominante, las instituciones escolares, la institución familiar son las que pretenden arrancar la libertad del útero educativo. Y que en este sentido, el problema es el desconocimiento que se hace de la libertad como factor esencial para llegar a una enseñanza ideal y a la vez, como fin último de este proceso.

edukaaccion

Hay una pregunta que dirige este articulo ¿como superar el “Activismo” propuesto por el sistema, que a la vez trasciende a las instituciones educativas?, entendiendo por activismo, el hacer por hacer, que no esta pensado para responder en las necesidades del contexto de los estudiantes.Este activismo es planteado no solo en nuestro país sino que responde a una política internacional conocida como neoliberalismo, justificado con un utilitarismo que obliga al sistema a un concepto de producción y a la educación misma como una empresa donde el producto son precisamente los estudiantes, constituyéndose en la estrategia mas impersonal, es decir en una alienación de masas que se asemeja mas a un proceso de domesticación que a uno de educación.El conocimiento, entonces se empieza a preocupar más por lo urgente y no por lo esencial, entendiendo esto como la dignificación del hombre en sus aspectos económicos, espirituales, sociales, personales.Como consecuencia se termina favoreciendo, en la construcción de persona, el pragmatismo. Ese conjunto de saberes preestablecidos, que nos especializan en acciones concretas y nos convierten en autómatas, desconociendo las dimensiones racional, trascendente y humana, que nos hacen capaces de transformar y crear conocimiento.Las preguntas ¿Quiénes somos? ¿Qué tipo de hombre queremos formar? ¿Qué enseñar? Y ¿Cómo enseñar? Se vuelve necesaria, en la aventura de educar. Responderlas o por lo menos perseguirlas, debería conducirnos al descubrimiento de la misión y visión de las instituciones educativas y a la estructuración de procesos académicos.Sin embargo la escuela tiene con frecuencia qué enfrentarse a instituciones rígidas, establecidas, que castran la creatividad y que alardean de terminadas y perfectas. La dialéctica de la educación, es cambiada por la imposición de actividades y la obediencia. Los argumentos y la búsqueda, por la transmisión de conocimientos que asumimos, son los que el estudiante necesita. El común denominador de esta operación es el desconocimiento de la persona y su realidad.No tener claro este sentido, nos pierde y nos obliga al activismo para justificar las instituciones, sin importar que docentes y estudiantes sean convertidos en idiotas útiles de un sistema de producción que ha querido pernear la escuela; y lo que debería ser el centro y la causa de grandes cambios en la sociedad, se convierte en víctima de circunstancias adversas y contrarias a su propósito.AUTOR: ALI.

miércoles, 23 de enero de 2008

Despierta América Latina: los gobiernos colapsaron y urge hacer algo radicalmente diferente


Despierta América Latina:
los gobiernos colapsaron y urge hacer algo radicalmente diferente

Polan Lacki


"Cuando los remedios no tienen suficiente eficacia para curar las enfermedades es necesario curar los remedios, para que curen al enfermo" (Padre Vieira-Sermón de Santo Antonio)


Ahora no nos queda otra alternativa, tenemos que oír el consejo del Padre Vieira. Los remedios convencionales para curar los males del subdesarrollo ya no pueden ser aplicados, por la sencilla razón de que los gobiernos ya no disponen de ellos. La ilusión de que el Estado paternalista solucionaría todos nuestros problemas se acabó. En todos los países de América Latina, sin excepción, los gobiernos nacionales, provinciales y municipales están debilitados, "desfinanciados" y fuertemente endeudados. Los recursos que recaudan mal alcanzan para pagar deudas e intereses de préstamos, sueldos y jubilaciones; y lo poco que queda se destina a mantener, apenas con vida vegetativa, un aparato burocrático sobredimensionado y casi improductivo.

Es esta insuficiencia de recursos públicos---y no tanto la falta de voluntad política, la principal razón por la cual los sucesivos gobiernos no solucionan los crecientes problemas de la educación, de la salud, de la agricultura, de la infraestructura, del saneamiento básico, del transporte urbano, de la pobreza, de la asistencia a los discapacitados, del combate a la delincuencia, etc. Los gobernantes están virtualmente paralizados, asistiendo pasivamente y aceptando como si fuese aceptable, la persistencia de los siguientes hechos que ya están incorporados a la vida cotidiana de nuestros países:

Los desempleados buscan desesperadamente pero no consiguen un empleo.
Los enfermos esperan varios días por una consulta médica, semanas por un examen de laboratorio y meses o años por una cirugía; muchos mueren en los pasillos de los hospitales antes de llenar la odiosa "ficha de admisión".
Crecientes cantidades de pobres "residen" y recogen cartones en las calles mientras sus hijos están siendo "educados" en el mundo del vicio y de la delincuencia.
En los basureros públicos los más hambrientos están disputando la comida con ratones y cuervos.
Los narcotraficantes tienen más poder y mejores armamentos que los servicios policiales
Desde el interior de las cárceles superpobladas muchos delincuentes siguen comandando el crimen organizado y promoviendo frecuentes rebeliones para reivindicar y conseguir que los transfieran para presidios "más democráticos".

Los gobernantes lo poco que hacen, y recién después de ser fuertemente presionados por denuncias de la prensa o por los sindicatos más agresivos, es "apagar los incendios más ruidosos"; pero después que los ruidos disminuyen cesan las acciones gubernamentales, hasta que ocurra la próxima emergencia. Ello ocurre por la elemental razón de que las crecientes necesidades y aspiraciones de los ciudadanos sobrepasan las decrecientes posibilidades de los debilitados gobiernos en satisfacerlas.

Para empeorar aún más este cuadro de parálisis, los gobiernos ya no pueden reforzar sus presupuestos a través de la vía, cómoda y simplista, de aumentar el endeudamiento público y los impuestos; porque lo primero ya es insoportable para los propios gobiernos y lo segundo ya es insoportable para los contribuyentes. En resumen, la capacidad de los gobiernos de resolver por la vía paternalista los problemas de los ciudadanos está agotada; sólo los "avestruces" aún no se han dado cuenta de esta evidente impotencia gubernamental. Esta es una realidad que no podemos seguir fingiendo que no existe o que no la conocemos, pues ella, además de evidente es creciente; para confirmarla, basta salir a la calle, ver las colas en los colapsados servicios públicos o asistir a los noticieros de la televisión.

Ahora que hemos llegado al "fondo del pozo" está demostrado, de manera clara y definitiva, que es imposible solucionar los problemas de la pobreza a través del paternalismo estatal. Los recursos gubernamentales, que parecían inagotables, están agotados. Entonces tenemos que abandonar las medidas populistas/demagógicas y hacer algo radicalmente diferente. Entre otras cosas: reducir drásticamente la frondosa e improductiva burocracia estatal, eliminar los organismos públicos inoperantes y prescindibles, abolir privilegios ilegítimos disfrazados de "derechos adquiridos", endurecer en el combate a la corrupción, reducir la cantidad de parlamentarios, militares y burócratas improductivos. En resumen, "adelgazar" la máquina gubernamental para que los gobiernos dispongan de los recursos que necesitan para ejecutar las actividades que son realmente importantes e indelegables.

Con los ahorros obtenidos en este "adelgazamiento", la nación en su globalidad ( no apenas el gobierno ) deberá hacer una inversión, seria y absolutamente prioritaria, en el desarrollo de las capacidades y competencias de los habitantes de cada país. Los propios ciudadanos---quiénes están causando los problemas y quiénes están siendo afectados por ellos---tendrán que ser convocados, formados y capacitados para asumir, en forma individual o a través de grupos organizados, una creciente parcela de responsabilidad en la corrección de los errores que ellos, involuntariamente, están cometiendo y en la solución de sus propios problemas. Reconociendo que los gobiernos no pueden solucionar, año tras año, todos los problemas de todos los ciudadanos, el Estado ?perpetuador? de dependencias deberá transformarse en un Estado educador,"empoderador" de los ciudadanos y emancipador de las dependencias que ellos actualmente tienen de su gobiernos. En las actuales circunstancias de "parálisis" y de impotencia de los servicios públicos, compartir responsabilidades entre el Estado y los ciudadanos es una propuesta que vale la pena discutir y construir.

Críticas y contribuciones a esta propuesta serán bienvenidas a través de los E-mails: Polan.Lacki@uol.com.br y Polan.Lacki@onda.com.br

Otros artículos del autor están disponibles en las Páginas http://www.polanlacki.com.br y http://www.polanlacki.com.br/agroesp

sábado, 19 de enero de 2008

AMÉRICA LATINA Y LA MODERNIDAD POLÍTICA

América Latina, pese a situarse espacialmente en una posición geográfica privilegiada que le posibilita la más alta concentración de riquezas naturales del mundo, a compartir un mismo idioma, una religión mayoritaria y una cultura mas o menos homogénea, que la aleja de guerras intestinas de motivación étnico-nacionalistas como las que se viene presentando en los últimos años al rededor del mundo, y a contar con un excepcional capital humano, hoy sigue, como región y como conjunto de Estados particulares, sumida en una constante de crisis económicas, sociales y políticas, que evidencian los precarios niveles de modernidad que, en dichos aspectos, se presentan en la regiónEn este escrito se explorarán algunos aspectos característicos del no-acceso de América Latina a una modernidad política plena, tomando como trasfondo o hilo conductor los ejes temáticos: Estado, Sociedad Civil y Mercado, a partir de la década de 1980.A manera de contexto y antes de comenzar a desarrollar el tema que se acaba de enunciar, vale la pena recordar que América Latina, después del fuerte periodo populista originado en los años treinta, en los años 50, 60 y 70, comienza a participar en la guerra fría al quedar incluida en el bloque occidental capitalista (con la excepción de Cuba), lo cual tuvo amplias repercusiones políticas y económicas, que aun hoy persisten.
Durante estos años y hasta la primera mitad de los años 80 la región se debate entre regimenes democráticos y dictaduras de todo tipo.Durante la década de 1950 hubo varios intentos reformistas radicales, que, en términos generales, se pueden caracterizar como revoluciones nacionalistas, siendo este el caso de Guatemala y Bolivia; sin embargo, el alto nivel de dependencia política y económica de los países de la región con respecto a Estados Unidos, las hizo fracasar.
Diversos políticos de la talla de Raúl Haya de la Torre o Rómulo Betancourt , sostuvieron, en aquel entonces, que las innovaciones y las revoluciones en América latina, solo eran posibles si se contaba con el beneplácito de Estados Unidos; sin embargo, la revolución cubana demostró lo contrario, rompiendo en dos la historia latinoamericana, e iniciando un largo periodo de inestabilidad y crisis de las democracias latinoamericanas, auspiciado por las políticas anticomunistas (plan cóndor por ejemplo) y la aplicación de los modelos desarrollistas de la CEPAL. Este ciclo se cierra con la dictadura chilena que aborta el acceso democrático del socialismo al poder en el país austral.
Pese a que en la década de 1980, la mayoría de América latina se encuentra ya en el circuito internacional de la democracia, ello no significa que la región, necesariamente, esté preparada para cruzar el umbral de la modernidad; antes bien, señala Weffort: “las relaciones entre democracia y modernidad no fueron nunca lo suficientemente claras en la historia de América Latina, y se han vuelto particularmente confusas en las últimas décadas” , pues, a la vez que, aparentemente, se avanza en términos de democratización, se retrocede en lo social y lo económico.La crisis latinoamericana va mas allá de lo económico, político y social; es tan grave que, incluso, alcanza a colocar en cuestión la democratización misma de la región y la existencia soberana de los países que la componen. Latinoamérica se sitúa entonces, ante los mismos desafíos que enfrenta desde su comienzo histórico: su existencia, su identidad y su viabilidad están en tela de juicio. Sin embargo, la crisis actual, a diferencia de las anteriores, se caracteriza por desarrollarse en medio de un doble proceso de disolución interna y disolución externa que manifiestan una profunda crisis de poder.La disolución interna se da en la medida en que ya no se entroniza la idea de progreso ni se piensa con esperanza en un futuro por venir, como sucedía en crisis del pasado, sino que se asiste a un bloqueo de las perspectivas, al punto que ya ni siquiera el concepto de revolución, como forma última para enfrentar las crisis y generar nuevos ordenes, se considera válido frente a una situación de crisis que, más que anuncio de una nueva era, parece el desmoronamiento de una civilización.Este desmoronamiento, o proceso de desintegración, se manifiesta internamente en la tendencia que vive América Latina hacia la generalización de un estado de anomía que, como es de esperarse, repercute cada vez con mayor fuerza en el incremento de los índices de violencia en la región y sobretodo, en una “lumpenización” general de la sociedad y de las estructuras institucionales y burocráticas de los estados. Desde afuera, la desintegración se manifiesta en el sentimiento de pérdida del lugar en el mundo, que aparece gracias a que, en el nuevo orden mundial, la política de bloques tiende a cobijar a todas las regiones, del mundo menos a Sur América, cuyos países no son hoy sino complemento de un país capitalista, y su esquema de producción, no hacen parte de bloques ni logran consolidarse, ellos mismos en conjunto, como un bloque que les permita incluirse en el nuevo sistema mundial.Uno de los problemas latinoamericanos de mayor relevancia, es el no-acceso, por parte de la región, a una modernidad política, social y económica, caracterizado dicho problema, por la falta de espacios para la participación democrática que permitan la formación de una sociedad civil fuerte, que genere opinión pública y participe en las decisiones que afectan su futuro y el futuro de la región en general.
Las diferentes sociedades, a través del tiempo, han generado mecanismos de participación e intervención en las decisiones institucionales y en el gobierno en general: partidos políticos, organizaciones populares, gremios, clubes, asociaciones, iglesias etc.Estas organizaciones, para poder participar efectivamente la toma de decisiones, buscan encajar o articularse a la estructura estatal y a los espacios que para la participación ciudadana esta proporciona, sea directa o indirectamente, con el gobierno o en la oposición; el subsistema político se articula a su vez, en especial hoy con la globalización, internacionalmente. En este ámbito también existen organizaciones que defienden ciertas agendas y posturas sobre temas como los derechos humanos o las problemáticas ambientales y que, en ocasiones, alcanzan altos niveles de influencia en la toma de decisiones, tanto de los Estados como de organismos internacionales.En América Latina, en términos generales, los espacios de participación son limitados: la sociedad civil históricamente ha contado, en estos países, con muy pocos espacios de participación efectiva en la toma de decisiones, no ha habido mecanismos adecuados para la solución de conflictos, y las reglas de juego para la participación ni son claras ni se cumplen; esto debido a la existencia de altos niveles de concentración del poder en la región.La concentración del poder de decisión en los países latinoamericanos, se manifiesta y se mantiene, gracias a la concentración del poder político en unas reducidas élites nacionales y regionales, a la concentración del poder económico, a la concentración de la tenencia de la tierra, la ausencia de una real democracia, la violencia política y la inequitativa distribución de la riqueza.Esta concentración de la toma de decisión se enmarca dentro de un microsistema sociopolítico y clasista en que participan políticos, terratenientes, militares, la iglesia católica, los medios de comunicación, la industria, la banca y el comercio, y que busca ante todo mantener el status quo vigente.
Lo anterior ha traído, entre otras consecuencias, altos niveles de violencia política como reacción a la misma concentración del poder, la no existencia de una equitativa distribución de la riqueza, en la medida en que el modelo de desarrollo beneficia, precisamente, a los sectores que poseen la mayoría de los medios de producción y de la tierra, y finalmente, al concentrarse la mayoría de los recursos en los mismos reducidos sectores de la población se han estancado los beneficios sociales que debería traer la riqueza para la población en general.Pese a lo anterior, en los últimos años, surgen como alternativa para el empoderamiento de la sociedad civil, los llamados nuevos movimientos sociales, que si bien no son nuevos en sentido estricto por lo reciente de su aparición , son llamados nuevos por ciertas características que han adquirido en lo que respecta a las problemáticas a que dan respuesta, a sus métodos de acción, a su posición frente al Estado y los organismos internacionales, a su configuración o procedencia de quienes los conforman y a la motivación que lleva a las personas a participar en ellos.Los nuevos movimientos sociales más que nuevos, en oposición a los clásicos movimientos sociales, son nuevas formas de movimientos sociales que han existido a través de los tiempos.
A estas nuevas formas de aparición de movimientos ya existentes, como los campesinos, de comunidades locales, étnico/nacionalistas, religiosos y feministas, se suman hoy, movimientos ecologistas y pacifistas que por responder a necesidades sociales generadas en los últimos tiempos, pueden ser llamados estrictamente como nuevos. En general, los movimientos sociales son de dos tipos: defensivos u ofensivos; los que a su vez pueden ser progresivos, regresivos o escapistas. Sin embargo, en cualquier caso, comparten la característica de que: es la fuerza de la moralidad y un sentido de (in)justicia lo que motiva su acción como movimiento y la participación individual de quienes los conforman, pese a que se puede distinguir claramente una participación mayoritaria de ciertas clases en los movimientos sociales: clase media en occidente, clases populares en el tercer mundo y una combinación de sectores medios y populares en el este. Esto no quiere decir que los nuevos movimientos sociales sean, como ya se anunció, movimientos clasistas o de necesaria reivindicación de intereses de clase, en la medida en que muchos de ello:, feministas, ecologistas y pacifistas, por ejemplo, reivindican asuntos que van mas allá de la división de clases; así mismo, en las regiones donde la lucha de clases continua, e incluso se intensifica como en el tercer mundo, merced al peso de la crisis económica internacional, a la presión que en estos países se ejerce sobre los sectores populares y a su invisibilización, los movimientos sociales no toman la forma “clásica” de la lucha de clases: Proletariado vs. Capital, sino que toman formas defensivas tendientes a garantizar su supervivencia física y económica y su identidad cultural.Finalmente, los movimientos sociales, pese a que pueden ser cíclicos, transitorios, en la mayoría de los casos defensivos e incluso mutuamente conflictivos, tienen la virtud de formar nuevos lazos para transformar la sociedad en la medida en que posibilitan una ampliación y redefinición de la democracia y la sociedad civil y, en esa medida, pueden considerarse como actores importantes y necesarios en los insipientes procesos de modernidad política que se gestan en América Latina.

Jesus Alejandro Villa

miércoles, 9 de enero de 2008

El fracaso de una educación, rural y urbana, que ofrece "el circo antes del pan" - Polan Lacki

Un interesante artículo que nos llego al correo:
En los países latinoamericanos, un creciente porcentaje de jóvenes, del medio rural y urbano, ya está consiguiendo concluir la enseñanza fundamental y hasta la media o secundaria. Desafortunadamente, este éxito es más aparente que real, pues en términos concretos está produciendo resultados decepcionantes. Los jóvenes, ahora más escolarizados y con un horizonte de aspiraciones y ambiciones ampliado, se sienten frustrados, por no decir engañados. Después de haber estudiado en esos largos 11 años, durante los cuales alimentaron la ilusión de que este esfuerzo les ofrecería un futuro de oportunidades y de prosperidad, ellos descubren que no están aptos ni para obtener siquiera un modestísimo empleo; pues egresan del sistema escolar sin poseer las "cualidades" que los empleadores esperan y necesitan encontrar en un buen empleado. Esto ocurre porque el sistema de educación, rural y urbano, no les proporciona los conocimientos útiles, las aptitudes necesarias y ni siquiera las actitudes y los valores que necesitan para ser buenos empleados; tampoco los prepara para que sean buenos ciudadanos y padres de familia que sepan educar, orientar, alimentar y cuidar de la salud de sus hijos, etc. Hablemos sin eufemismos, a excepción de lo que les fue enseñado en los tres primeros años (leer, escribir, efectuar las 4 operaciones aritméticas, aplicar la regla de tres y conocer el sistema métrico), prácticamente todos los demás conocimientos son irrelevantes para que ellos puedan tener un mejor desempeño en el trabajo y en la vida personal, familiar y comunitaria. En esos ocho años posteriores, los pocos contenidos que podrían ser útiles suelen ser enseñados de manera excesivamente teórica, abstracta, fragmentada, y desvinculada de la vida y del trabajo, con lo que se transforman en virtualmente inútiles. Entonces, se impone la siguiente pregunta: ¿para qué estudiaron esos ocho años adicionales?

Seamos objetivos y realistas: ¿cuál es la utilidad o aplicabilidad en la vida cotidiana que tiene la enseñanza teórica de los logaritmos, los determinantes, la geometría analítica, la raíz cuadrada y cúbica, o la enseñanza "memorística" sobre la historia de Cleopatra o de la Emperatriz de Bizancio, los faraones y las pirámides del Egipto, la historia de la Mesopotamia y las altitudes de las Montañas Rocosas? Algunos defensores de este conservadorismo educativo afirman que tales contenidos son necesarios para desarrollar la creatividad, el ingenio, el sentido crítico e investigativo, el espíritu de iniciativa de los educandos y para ofrecerles una supuesta "formación integral". Personalmente, opino que existen formas más inteligentes y productivas para alcanzar tales objetivos. Contenidos más cercanos - en el tiempo y en el espacio - a las realidades cotidianas de los educandos serían mucho más eficaces para desarrollar sus potencialidades latentes, para establecer relaciones entre causas y efectos, para evitar que repitan los errores que fueron cometidos en el pasado, etc. Otros teóricos afirman que es necesario mantener esos contenidos para "democratizar" las oportunidades de acceso a la universidad, ignorando que, en la mayoría de los países de América Latina, apenas 5 o 10% de los jóvenes tienen ese privilegio. En tales condiciones, no es lógico ni justo castigar y aburrir a los otros 90 o 95 % que no llegarán a la universidad, haciéndoles estudiar durante ocho años temas excesivamente teóricos, abstractos, lejanos, no utilizables y prescindibles, por no decir inútiles.

En la dinámica del mundo contemporáneo, los educandos tienen motivaciones e intereses mucho más inmediatos y concretos. Su principal aspiración es obtener un trabajo bien remunerado para acceder a los bienes y servicios que ofrece la vida moderna y poder constituir una familia próspera y feliz. Por lo tanto, una educación realista deberá estar orientada al logro de esos anhelos y necesidades concretas y prioritarias de la mayoría de la población; y no a proporcionarle una creciente cantidad de informaciones descontextualizadas, que son irrelevantes y no utilizables en la solución de sus problemas cotidianos.
La realidad concreta nos indica que, después de concluir o abandonar la escuela fundamental o media, la gran mayoría de los educandos rurales:

A - en una primera etapa, van a dedicarse actividades agropecuarias, como productores o como empleados rurales, en las cuales fracasan, entre otras razones, porque la escuela rural prefirió enseñarles la historia del Imperio Romano y el Renacimiento Francés, en vez de enseñarles a producir, administrar predios rurales y comercializar las cosechas con mayor eficiencia; ignorando que este es el primer requisito para que puedan incrementar sus ingresos y, gracias a ello, sobrevivir con dignidad en el medio rural.
B - en una segunda etapa, después de fracasar en las actividades rurales, esos ex-agricultores y sus hijos emigran para las ciudades donde serán ayudantes de la construcción civil, albañiles, pintores o carpinteros, choferes, maniobristas o cuidadores de automóviles, policías y vigilantes, cocineros o mozos, y vendedores callejeros, empleadas domésticas o limpiadoras de oficinas y de edificios residenciales, barrenderos (recolectores de basura), oficinistas y obreros de empresas públicas y privadas, etc.; pues, en el mundo moderno son esas actividades urbanas las grandes empleadoras de mano de obra.

Lo anterior significa que los contenidos curriculares de las escuelas rurales no respondieron a las necesidades de los padres y ahora los contenidos de las escuelas urbanas no responden a las necesidades concretas de sus hijos. Para que esas mayorías puedan realizarse como personas y sean más eficientes y productivas, necesitan de conocimientos que sean útiles y aplicables para mejorar el desempeño en las ocupaciones mayoritarias recién mencionadas; y especialmente para que puedan desempeñar, con eficiencia, otras actividades que son más valoradas por la sociedad y por el mercado de trabajo. El barniz seudo cultural e intelectual, tan frecuente en nuestros obsoletos currículos, no contribuye al logro de ninguno de esos dos objetivos, pues los potenciales empleadores no están muy interesados en saber si los jóvenes candidatos a un empleo conocen la biografía de Montesquieu, Robespierre o Richelieu.

El abismo existente entre aquello que el sistema de educación enseña y lo que los educandos realmente necesitan aprender es sencillamente inaceptable. Esa disfunción educativa es tan perjudicial a nuestra juventud, al sector productivo y al futuro de nuestras naciones que no podemos seguir aceptando ?teorizaciones?, justificaciones y elucubraciones de los "especialistas' que insisten en mantener en los currículos lo superfluo, en vez de reemplazarlo por lo esencial. La sociedad en su conjunto deberá exigir que el sistema de educación adopte transformaciones radicales, corajosas e inmediatas, pues las medidas cosméticas adoptadas por el referido sistema en las últimas décadas han demostrado ser mal priorizadas/orientadas, insuficientes e ineficaces. Los ciudadanos, quienes a través de sus impuestos, están financiando ese anacrónico sistema de educación y pagando las consecuencias de esa mala calidad educativa, tienen todo el derecho de exigirlo; y el sistema de educación tiene el deber de acatar esta justísima reivindicación. Los contenidos que la mayoría de los educandos, probablemente, nunca utilizará deberán ser sumariamente extirpados de los currículos y reemplazados por conocimientos que tengan una mayor probabilidad de ser utilizados por la mayoría de los educandos, durante el resto de sus vidas. Es necesario ofrecerles una educación que les ayude a que ellos mismos, puedan transformar sus realidades adversas, corregir sus ineficiencias y solucionar sus problemas cotidianos.

Las crecientes multitudes de desempleados/subempleados, pobres y miserables que no poseen dinero para pagar un techo digno, comprar los alimentos y las medicinas y mandar sus hijos a la escuela, al médico y al dentista, necesitan, en primerísimo lugar, de una educación útil, en el sentido de que las habilite a conseguir un trabajo/empleo generador de un salario razonable, con el cual puedan satisfacer las necesidades primarias de supervivencia de sus familias. Estas multitudes de "mal-educados" por nuestras escuelas no están muy interesadas en saber cual es la altitud del Everest o la extensión del Río Nilo; tampoco en conocer la historia de las competencias y batallas que ocurrieron en el Circo Máximo o en el Coliseo de Roma. Después que adquieran los conocimientos necesarios para ser empleados más productivos, mejores ciudadanos y buenos padres de familia ellos podrán buscar las oportunidades y fuentes donde adquirir los otros conocimientos que satisfagan a sus curiosidades y a sus intereses intelectuales y culturales. Esas oportunidades y fuentes de conocimientos no necesariamente deberán ser proporcionadas a través del sistema de educación formal (escolarizada). Es comprensible que los privilegiados de la sociedad que ya tienen acceso al pan deseen ir al circo. Sin embargo, la prioridad de la gran mayoría constituida por los no privilegiados, por los pobres, por los sufridos y por los abandonados es diferente, ellos quieren primero el pan y después el circo.

Documentos que amplían y fundamentan las propuestas de este artículo podrán ser solicitados a través de los e-mails: Polan.Lacki@uol.com.br y Polan.Lacki@onda.com.br o encontrados en la sección "Artículos" de la Página web http://www.polanlacki.com.br y en la nueva Página http://www.polanlacki.com.br/agroesp


martes, 1 de enero de 2008

LA PRESIDENCIA IMPERIAL DE BUSH: LA DEGRADACIÓN DE LA DEMOCRACIA

La degradación de la democracia interna es otro aspecto característico de la política neoconservadora de Bush. El llamado “proyecto” para un nuevo milenio, con Bush y Cheney a la cabeza, se propuso en su componente interno el copamiento de todas las ramas del poder público, concentrar en el Ejecutivo toda la autoridad y limitar los derechos civiles de sus propios ciudadanos. Es el resultado de la aplicación de la teoría neoconservadora del Ejecutivo unitario, que quiere una presidencia que no le rinda cuentas a nadie, que no sea supervisada por nadie y que no pueda ser restringida en su voluntad de hacer lo que le parezca.
Fuentes del texto reseñado:
Autor: Francisco Valderrama Mutis