martes, 27 de diciembre de 2011

La encrucijada de los muchachos perdidos


Por Víctor Manuel Niño*


Leyendo a menudo los periódicos de Bucaramanga (Colombia) son habituales los casos de jóvenes y adolescentes que asesinan a otros por robarles objetos de apariencia insignificantes como gorras, zapatos o celulares. Las correccionales, como se llaman aquí a los internados para menores y los centros de detención del Bienestar Familiar están siempre llenos y también con muchos problemas derivados de su contexto social, como la tutela del menor por parte del Estado, la fuga de algunos de ellos y la negativa de la entrega de los menores a sus padres por problemas de maltrato, abuso etc. Muchas veces las autoridades policiales presentan estos casos de asesinatos de otros menores como simple riñas y casi siempre como problemas de intolerancia ciudadana aun a finales de este 2011; detrás de esto se oculta el drama de una población que es llegada de desplazamientos , de inmigración desde el campo y población que ha venido marginándose por la pobreza y la ignorancia. Si nos atenemos a las estratificaciones que se han establecido en Colombia para la población, estos casos de delincuencia juvenil son mayoritariamente por problemas de adicción a los estupefacientes sobre todo a la peligrosa droga denominada “ bazuco” que ha costado la vida de miles de jóvenes por su incidencias en la criminalidad más que todo, pues su adición terrible los expone a la delincuencia para financiar su adicción. Estos problemas no pueden ser definidos como de simple intolerancia o riñas. La realidad de estos jóvenes que se pueden clasificar más que todo en los estratos 0, 1, 2 y hasta tres, es de una realidad marginal. Son muchachos que ni estudian ni trabajan y que en México son llamados “ninis”. El aumento de“ninis” en las poblaciones Iberoamericanas va siempre en aumento, pero no se pude afirmar categóricamente que sea un exclusivo problema de pobreza o desempleo. Detrás de esta “dramaturgia” está la crisis de la sociedad tradicional y católica.

Muchos de estos jóvenes que han caído en la coacción del vicio a los estupefacientes, terminan por desvalorizar completamente la vida y están acostumbrados a que si no matan deben morir. Algunos menores se liberan completamente de la autoridad de sus padres y son incapaces ya tanto de estudiar como de cumplir cualquier obligación o compromiso. Muchos de sus familiares no tienen la educación suficiente para inculcarles valores racionales a esto jóvenes. Hasta hace poco tiempo y aun, las familias de estratos populares criaban a sus hijo esperando que sus hijos tomaran el oficio de su padre; con el aumento de las “madres solteras” y “madres cabezas de familia” la orientación se ha perdido. La madre que no puede costear una educación a su hijo, espera de este al terminar la primaria que aprenda algún oficio para ayudar a la canasta familiar. No se puede afirmar que en los estratos uno y dos los problemas de marginalidad sean de todos. Hay familias que han vivido una vida normal allí. En una sociedad de una alta “dramaturgia” como la sociedad latina, aun las películas norteamericanas proponen muchos conceptos en contraste con la pobre melodramática de las telenovelas. Woody Allen afirmaba que las sociedades actuales están cuestionadas por las nuevas generaciones que han crecido sin la tutela de uno de sus padres: hombres criados por sus madres. De todas maneras viendo los casos de formaciones de pandillas de origen latino en sociedades desarrolladas, podemos ver en el interior de sus familias una crisis de autoridad y desorientación en cuanto al destino de sus hijos que son dejados al libre albedrio. En un barrio de estrato dos de Bucaramanga, una mañana una madre esperaba a su hijo desde el rincón de una calle , cuando lo ve aparecer con otros muchachos mas, lo increpa: ¿Dónde has estado toda la noche? El muchacho adolescente de buena apariencia le responde : “Ay no joda… en misa!” y sigue su camino con los otros muchachos. Estos muchachos empiezan a tener la noche como escenario de su vida y de día duermen o están en cualquier parte. Su vida se convierte en una mentira como la sociedad que los acoge. Se vuelven maestros de la mentira y el cinismo y la crisis de autoridad en sus familias se pervierte aun más ¿De quién es la culpa ante esta situación social? Recuerdo también que una vez un dirigente comunal me decía que el Alcalde de la Ciudad se negaba a construir en esos sectores canchas deportivas, pero también con los años en muchos sectores habían adecuado gimnasios en espacios públicos que les permitía a estos jóvenes hacer fisiculturismo, lo que no los preparaba para abandonar la adicción . Al parecer este deporte no los educaba en hábitos de sociabilidad, ni en valores. En los eslabones de las causas, el narcotráfico podría verse como un mal terrible, pero precisamente lo que permitió el narcotráfico no fue superado por la política. La política podría verse como la gran causa en el remedio de los males sociales. Al contrario del gran terreno que ha ganado la teoría organicista de la iglesia católica que puja para hacer de la política una causa menor ¿ Y quiénes son los salvaguardia políticos de esta ideología: todos aquellos que quieran hacer de la sociedad algo incongruente, irracional. Me hace recordar el articulo de H. Marcuse: “La lucha contra el liberalismo en la concepción totalitaria del Estado". Si nos retraemos a la gran causa de los problemas latinoamericanos, la gran concepción de la teoría organicista de la madre iglesia fue la bandera que ondearon tenazmente los descendientes de los encomenderos después de la independencia. La independencia heredó esta ideología de la aristocracia terrateniente que se quedó a vivir para siempre en Latinoamérica, llenando de caos y confusión a nuestros pueblos y enarbolando sobre todo el principio de la “desigualdad social”. Hasta la palabra política (gastada de hecho) ha sido víctima del postmodernismo que la hecho parecer un asco, también culpa de la corrupción y los vicios políticos. 



*Escritor


martes, 13 de diciembre de 2011

¿CENSURA EN COLOMBIA?

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad la prensa nunca será otra cosa que mala. Albert Camus.

Parece ser que del agrio cruce de señalamientos entre los columnistas del diario EL PAIS, Ramiro Bejarano y Alfredo Carvajal Sinisterra, la consecuencia, esperada por demás, era cerrarle el espacio al primero de ellos, en la sección de opinión de dicho medio de comunicación.

Así lo asegura Daniel Coronell, en reciente columna en la revista Semana, quien al final del texto dice lo siguiente: “Toda mi solidaridad con Ramiro Bejarano. La exclusión de su columna del diario El País de Cali priva a los lectores del periódico de una voz brillante y una visión liberal de Colombia y del mundo”. (Tomado de http://www.semana.com/opinion/operacion-clonacion/168933-3.aspx).

Si es así, nuevamente un medio de comunicación en Colombia censura a un columnista por considerar que sus ideas, sus expresiones y su discurso, van en contravía del pensamiento del diario y el de sus intereses.

Si bien hay que reconocer que las empresas mediáticas tienen todo el derecho a tomar decisiones editoriales alrededor de qué publican y a quién, el hecho de cerrarle el espacio a Bejarano por la forma como se refirió al reconocido patriarca vallecaucano, es la clara expresión de una prensa que defiende a una élite que no soporta contradictores, críticas y peor aún, fuertes señalamientos como los que el abogado y ex director del DAS hizo contra el señor Carvajal Sinisterra. Recojo apartes de lo dicho por Bejarano en la columna Respuesta a un momio (sic): “Carvajal se hizo el de la vista gorda con la criminal solicitud de varios empresarios vallecaucanos a Simón Trinidad para que las Farc secuestraran políticos y no industriales, como lo divulgué en mi columna de El Espectador, el 11 de febrero de 2000. No tiemblo ante ataques aleves, como los de este prepotente plutócrata. A diferencia suya y de los de su calaña, no hay un solo acto de mi vida del que no pueda dar explicación” (Tomado de http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/ramiro-bejarano-g/respuesta-momio).

Desconozco si el diario ha dado explicación a lo que parece ser una decisión definitiva a juzgar por lo expresado por Daniel Coronell; igualmente, si existe pronunciamiento alguno de Ramiro Bejarano en respuesta a la decisión editorial del medio regional.

Eso sí, resulta contradictorio que un medio de comunicación pretenda defender la pluralidad de pensamiento y principios democráticos, justamente clausurando el espacio a un columnista crítico.

¿Qué tipo de democracia es la que defiende el diario EL PAIS, cuando al primer asomo de crítica contra representantes de la élite, la decisión es ponerle una mordaza al columnista, que un momento dado incomodó a quienes, en últimas, tomaron la decisión?

Decisiones como estas alimentan el unanimismo y construyen una opinión pública pobre y acrítica, justo a la medida de los intereses de clase de quienes desde distintos espacios de poder, esconden hechos, actuaciones y prácticas que bien deberían discutirse públicamente, tal y como puede colegirse del enfrentamiento entre los señores Carvajal y Bejarano.

En el pasado, este mismo diario censuró al politólogo Hernando Llano Ángel, quien propuso una columna para el espacio brindado por EL PAIS, pero una decisión editorial impidió que su texto fuera publicado y su espacio clausurado para siempre. Eran las épocas del unanimismo ideológico y político impuesto por el entonces Presidente Uribe Vélez, al que el profesor Llano se oponía con rigor y fuerza.

En ese mismo contexto autoritario, el periódico EL COLOMBIANO sacó de sus páginas de opinión al periodista Javier Darío Restrepo, porque en reiteradas ocasiones criticó el régimen uribista. Así registró el hecho la FLIP: “…Para el periodista, esto se debe a que su "'visión de los hechos políticos" no coincide con la del periódico. La FLIP consultó a Restrepo, quien manifestó que desde hacía un tiempo venía haciendo críticas a la gestión del gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez y expresando su preocupación por la concentración de poder que implicaría una segunda reelección” (Tomado de http://www.flip.org.co/alert_display/0/225.html).

Otro importante medio de prensa le quitó a una aguerrida columnista la oportunidad de difundir sus ideas y reflexiones. En su momento, EL TIEMPO cerró el espacio a la columnista Claudia López por haber criticado un tratamiento noticioso que ese mismo medio dio a hechos relacionados con el sonado caso de Agro Ingreso Seguro.

La gran prensa colombiana posa de liberal, de democrática, de plural y de defensora de los derechos humanos. Pose que se desmorona con decisiones editoriales como las que aquí se reseñan y que históricamente demuestran que ella misma, la prensa, no sólo censura, sino que se autocensura, cerrando los ojos ante hechos a los cuales una prensa realmente democrática, comprometida, vigilante de la cosa pública, crítica y consciente de su papel en un Estado precario como el nuestro, debería de levantarse para defender a los ciudadanos, en especial a los más vulnerables.

Poco confiable resulta una prensa que censura y cierra espacios a columnistas críticos, que buscan, con sus reflexiones, despertar a unas audiencias, a unos lectores y a una opinión pública adormecidas por la acción mediática, cada vez más al servicio de reducidos y mezquinos intereses.

Esa es la prensa que tenemos en Colombia. Por ello, los ciudadanos deben buscar otras fuentes de información y de opinión, puesto que medios como EL PAIS, EL TIEMPO y EL COLOMBIANO, y en general el resto de los grandes medios colombianos, no sólo desinforman a través de tratamientos noticiosos acomodados e irresponsables, sino que ponen mordazas a las pocas voces críticas que sobreviven a este pensamiento único que los godos insisten en imponernos.

Adenda: debería el periódico EL PAIS confirmar si cerró o no el espacio de opinión a Ramiro Bejarano y explicar por qué lo hizo.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

De Toldillos Políticos y Caudillos



Por Victor Manuel Niño*
Ya es un establecimiento más de los partidos y movimientos los toldillos en las campañas políticas : se pueden distinguir diversas clases de procedimientos entre las cuales una de las que estuvieron en uso en estas elecciones del 2011 en Colombia es darle el aval a un candidato que pueda ponerle al Partido en cuestión un número determinado de votos; es así como han entrado en escena números movimientos religiosos que cuentan con el “voto amarrado” y es tanto así que la gobernación de un departamento la obtuvo un movimiento religioso con un brazo político definido y fueron elegidos concejales místicos con avales de partidos tradicionales que obtuvieron resonantes victorias. Votos amarrados y avales políticos han constituido un tramoya más en esta política de confusos horizontes y claras intenciones personalistas. De aquí se plantearían varios temas entre otros ¿La conveniente neutralidad política que mantiene la intervención religiosa (no es un secreto que así consiguen privilegios los representantes del clero católico) fuera del alcance del estado, se verá mas afectada?

¿Los toldillos políticos con candidatos que ponen votos amarrados buscan sus propios intereses y el de sus comunidades en detrimento de la sana intención de la política como misión en la sociedad y de la democracia? ¿ La nueva industria religiosa busca mas privilegios ganando poder político? ¿qué tanta validez puede tener para las instituciones del estado, la introducción en la política de estos movimientos religiosos? Me parece que vale la pena destacar que la visión mística de estos representantes de grupos religiosos entorpece la sana racionalidad con la debe guiarse los destinos de una nación ¿ pero acaso tenemos eso? Vale la pena mencionar también que las ideologías populistas son en el fondo un consentimiento de lo establecido o conservatizado, así como la aparición de recalcitrantes ideologías populistas son un efecto de la incapacidad o irracionalidad de los diversos partidos tradicionales que se han concentrado en la ideología del crecimiento económico como garante de desarrollo social. El verdadero desarrollo social democrático se ha empantanado en estas corrientes divergentes que han introducido el caos a las instituciones del país pues no ha habido históricamente ni un liberalismo racional ni siquiera una oposición racional. Esta caótica divergencia de ideologías confusas en la vida del estado ha producido estaticismo, lo que es aprovechado para seguir viéndose al estado como empleo mano o lo que es peor como fuente de enriquecimiento rápido y también como garantía de “cambios radicales” que no conducen a ninguna parte.

Ya como los toldillos no llenaban las expectativas de muchos, surgió intempestivamente nuevos movimientos y nuevas personalidades que no cabían en los partidos políticos constituidos o que habían ganado notoriedad en los últimos tiempos. El desprestigio del liberalismo y el conserva tismo y los diverso populismos llevó a la aparición de partidos como el de la “U” y cambio radical (que de radical no tiene sino el nombre) donde se volcaron personajes de estos partidos tradicionales y lograron triunfos resonantes en la política de la última década. Su fundador provenía del liberalismo pero su fundamento de conservador lo llevó en los últimos a la adherencia y al apoyo de esta ultima ideología pero sin que superaran la enfermedad que carcomen a estos movimientos ( La corrupción política) y que los hace ver como enfermos de lepra. Así también el “Polo democrático” sufrió una clara disminución de votantes en este año por las denuncias de corrupción en unos de sus integrantes lo que ha llevado a la constitución de nuevos movimientos políticos. ¿este fenómeno no se podría calificar de Transfuguismo”? ¿la fidelidad que se le debe a un partido político por parte de sus integrantes puede llevar a entregarse ciegamente a sus deberes? Eso me parece que funcionaria en los partidos políticos de tendencia mística donde sus partidarios obedecen a una figura para ellos terrible “Dios”. Se podría calificar ¿como una sana racionalidad de los miembros de un partido, divergir en muchas ocasiones de muchos aspectos de su vida política? De la aparición de los toldillos a la constitución de movimientos quedara claro que una democracia política es una interrelación de ideologías que en el caso de Colombia el único objetivo que parece que tuvieran es lograr el poder a toda costa para imponer su cosmovisión y sus intereses a expensas de la realidad. ¿Y cuál es la realidad? Se podría decir que la realidad caricaturizada que han visto ha pasado por ver delirantes caseríos o favelas en las periferias de las ciudades y las puntas de las lomas deforestadas por la desesperación de innumerables familias destechadas y ver sin ninguna interrelación el campo y la ciudad, y los innumerables conjuntos residenciales de altas estratificaciones con un lejano hombre rubio dirigiendo la jornada.

( Del pintoresco catalogo de votos: el voto clientelista, el voto que podría decirse “caudillista”, el voto amarrado me parece de una incomodidad abrumadora)

 *Escritor

lunes, 31 de octubre de 2011

DE TRIUNFOS, DERROTAS Y CONSTATACIONES DESPUÉS DE LA JORNADA ELECTORAL

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


Terminó una jornada electoral más en Colombia. Los comicios del 30 de octubre de 2011 confirman que en Colombia tenemos una democracia electoral que se sirve de las desigualdades sociales, de la exclusión y del poder de gamonales y ‘barones’ electorales que saben muy bien que sin estas condiciones sociales y culturales, jamás tendrían cómo sostener el poder político en regiones, ciudades y pueblos. Por ello, se trata de una democracia débil, que cada cierto tiempo se legitima, más por la fuerza de la costumbre, que por la ampliación misma de las condiciones democráticas que se esperaría que asegurara un Estado social de derecho.

Nuevamente constatamos que los colombianos exhiben una baja cultura política, asociada, claro está, a prácticas clientelistas, sostenidas en intereses familiares o personales, que ahondan más la crisis de la política y aseguran, por ese camino, el empobrecimiento de lo político, que en tanto discurso, se empobrece en un diálogo interesado y asimétrico entre elegidos y electores en el que sobresalen las peticiones de puestos, becas y proyectos, entre otros.

Unos y otros reproducen las condiciones de una nación, de una sociedad, de un país en el que cada uno de nosotros busca, a toda costa, sobrevivir, así ello implique someter, expoliar y amedrentar a todos aquellos que aparezcan como detractores o que simplemente obstaculicen la consecución de nuestros propósitos individuales.

Con cada jornada electoral, el país evidencia su histórica debilidad institucional ante lo que parece ser un lastre difícil de superar: los delitos contra el sufragio. Compra de votos, constreñimiento al elector, clientelismo y trashumancia electoral, entre otros, son prácticas institucionalizadas en el electorado, en los partidos y movimientos y por supuesto, en los candidatos, lo que sin duda muestra no sólo la debilidad de las instituciones del Estado para impedir la comisión de dichos delitos electorales, sino la pobreza de criterio de unos electores arrinconados por las incertidumbres laborales, sociales, por la necesidad de trabajo y educación y hasta por el hambre.

Seguimos siendo una sociedad premoderna. Las élites confirman su desinterés de liderar un proyecto de nación incluyente, pues andan dedicadas a mantener y extender privilegios. Y los proyectos emergentes que en muchas regiones les disputan el poder político, entran en el juego político y electoral para buscar, con la misma avidez y mezquindad, alcanzar poder económico y político que les permita vivir del Estado tal y como lo han hecho históricamente esas élites que aquellos emulan.

Sobre ese marco cultural e institucional hay que entender lo sucedido el domingo 30 de octubre. Hago referencia a lo sucedido en Cali, el Valle del Cauca y Bogotá, territorios en los que se reproducen las dificultades de las instituciones democráticas y en general, las de un Estado precario, premoderno y cooptado por el paramilitarismo, el narcotráfico y por reducidas familias que lo han privatizado y lo tienen para su servicio.

Para destacar, la derrota político-electoral de Uribe Vélez, quien buscaba erigirse como un ‘barón’ electoral. Con este resultado, Juan Manuel Santos se libera de un problema político en lo que será, dentro de poco, su búsqueda de la reelección presidencial. Aunque Uribe no está totalmente fuera de carrera, sí quedó mal herido. Poco a poco el encumbrado y amedrentador uribismo se desvanece ante la debilidad de estos tipos de liderazgos, asociados más que a ideas y proyectos, a la compra de conciencias a través de contratos y entrega de ayudas a los más necesitados. Es decir, se respetan mientras ostenten poder y Uribe debe aceptar que ya no lo tiene y que hoy, en su condición de ex mandatario, debería de buscar refugio en El Ubérrimo.

También hay que señalar que la parapolítica, a pesar de la acción de la justicia y de las denuncias de los medios masivos, sigue viva en la Costa Atlántica, en el Valle del Cauca y en Casanare, a juzgar por el demostrado poder que aún mantiene Juan Carlos Martínez Sinisterra y sus ungidos, apoyados por los movimientos MIO, Afrovides y PIN.

Aunque el ex senador Martínez sufrió reveses por cuenta de la derrota de varios de sus candidatos, los tres movimientos políticos logran mantenerse en la escena política nacional, lo que no deja de ser un atractivo caudal electoral, incluso, para el mismo Santos, que desde la llamada Unidad Nacional ha recibido el apoyo, no agradecido públicamente, de los congresistas del PIN.

En cuanto al categórico triunfo de Petro, con el que logró llegar a la Alcaldía de Bogotá, hay que decir que no se trata de un triunfo de un hombre de izquierda, sino de un estratega político que supo tomar decisiones a tiempo, como la de retirarse del Polo y denunciar lo del carrusel de las contrataciones, para crear la micro empresa electoral Progresistas, con la que hizo alianzas con varios sectores, incluyendo de la derecha, para alcanzar su objetivo. A Petro hay que ubicarlo en el Centro y caracterizarlo como un proto mesías, como un megalómano al igual que Peñalosa, Uribe y Mockus. Veremos en qué queda su intención de darle al Movimiento Progresistas un alcance nacional.

La victoria alcanzada por el ex militante del Polo Democrático Alternativo (PDA) se da, así él mismo no lo reconozca jamás, por los avances que en materia social logró el Polo Democrático Alternativo en la capital de Colombia, a través de los mandatos de Garzón, Moreno y la buena imagen que tiene hasta el momento y que de seguro capitalizará en el futuro, la alcaldesa encargada, Clara López Obregón. Es decir, muchos de los votos logrados por Petro en esta contienda electoral están soportados en el trabajo y en los programas sociales que diseñaron y ejecutaron sus ex compañeros del PDA.

Para el caso de Cali y el Valle del Cauca hay que señalar que el triunfo logrado por Guerrero en la Alcaldía es el resultado de una coalición de intereses, de apetitos burocráticos y del afán de familias tradicionales, de recuperar para sí el poder local, en manos, durante varios años, de proyectos políticos emergentes (los de Apolinar, John Maro Rodríguez y Jorge Iván Ospina), que las mantuvieron en una larga sequía de contratos y de beneficios. Ya en el poder, a las élites locales les espera un complejo ejercicio del poder de un alcalde comprometido con diversos sectores y tendencias políticas. Recordemos que tendrá que gobernar con los intereses del saliente alcalde Jorge Iván Ospina, ante la adhesión de su candidato Argemiro Cortés, de igual forma que lo deberá hacer con los propios intereses de Dilian Francisca Toro, Sigifredo López y Clara Luz Roldán, entre otros.

Es decir, la administración de Guerrero no tiene el camino fácil pues deberá responder por el hambre burocrática de quienes adhirieron a su campaña, sin desconocer la voracidad de poder de las élites que lo respaldaron y que lo llevaron finalmente al poder.

En lo que toca a la gobernación del Valle, el triunfo de Useche De la Cruz hay que mirarlo en perspectiva de los intereses de Juan Carlos Martínez Sinisterra y del anterior y sancionado ex gobernador Juan Carlos Abadía. Huelga decir que el señalado ex congresista apoyó, en el pasado, aventuras electorales de hijos de la élite que hoy celebra la recuperación de Cali. Milton Castrillón, en debate televisado, organizado por RCN, señaló que una de las campañas de Kiko Lloreda a la alcaldía de Cali recibió apoyos del hoy señalado y cuestionado ‘barón’ electoral y condenado por vínculos con grupos paramilitares.


Ello constataría no sólo una crisis de liderazgo regional, una doble moral, sino el empobrecimiento de la política y de la ética pública en esta comarca, que se extiende a lo largo de Colombia. Lo cierto es que la élite recuperó la alcaldía y estará presta a hacerse con la gobernación hacia futuro. Ese será, para los próximos años, su proyecto estratégico.

Por lo pronto, se mantendrá la negativa imagen del Valle del Cauca, la crisis de liderazgo de esas familias tradicionales, de las que la historia y la tradición esperan y exigen un mejor desempeño en lo que toca con el agenciamiento de los destinos de la ciudad y de la región vallecaucana.

Con los nuevos mandatarios elegidos democráticamente, eso sí, en las condiciones de una democracia débil, difícilmente se logrará reducir la desigualdad, la exclusión y la pobreza y menos aún, avanzar en el diseño de proyectos de ciudad y de región. ¿O acaso alguien cree realmente en lo que prometieron unos y otros? Se trató, sin duda, de un simulacro más, que irá, poco a poco, alimentando el de por sí ya alto porcentaje de abstención de caleños, vallecaucanos y de colombianos que dejaron de creer en ese holograma de democracia que nos presentan cada cierto tiempo.

lunes, 24 de octubre de 2011

Álvaro Uribe Vélez y Juan Carlos Martínez Sinisterra, dos barones electorales en la contienda del 30 de octubre

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


No es poco lo que se juega en la jornada electoral del 30 de octubre en Colombia. Y es así porque hay en escena dos grandes barones electorales, que no necesariamente están enfrentados políticamente, y que por el contrario, de salir ganadores sus ungidos, las alianzas políticas vendrán casi por añadidura. Se trata de Álvaro Uribe Vélez y Juan Carlos Martínez Sinisterra.

El primero, un ex presidente ideológicamente cercano al fenómeno paramilitar, con amigos políticos condenados por demostrados vínculos con las AUC y cuyo gobierno se benefició de la penetración paramilitar en el Congreso de la República, como quiera que legisló con ellos desde 2002 hasta el 2010. La frase célebre mientras los meten a la cárcel, voten los proyectos del gobierno, expresa el nivel de connivencia que mantuvo con políticos que abiertamente se aliaron con quienes buscaron ‘refundar la patria’: los Paramilitares.

El segundo, un ex senador condenado por la Corte Suprema de Justicia por nexos con grupos paramilitares. Su influencia política y electoral ha trascendido el Valle del Cauca. En esta comarca apoya candidatos a varias alcaldías y se dice, que a varios aspirantes a la gobernación del Valle, en los que se destaca el candidato Useche. El portal www.lasillavacia.com sostiene lo siguiente: “Desde San Andrés hasta el Amazonas y desde Nariño hasta La Guajira, Juan Carlos Martínez pretende convertirse en uno de los mayores ganadores de las elecciones de octubre. El ex senador, condenado por parapolítica y preso en la cárcel El Bosque de Barranquilla, está detrás de tres partidos, el PIN, el MIO y Afrovides, que inscribieron más de 17 mil candidaturas en todo el país.”

El ex presidente Uribe Vélez viene adelantando sus talleres democráticos y brindando apoyos políticos no sólo en el Valle del Cauca y Bogotá (está detrás de la aspiración Enrique Peñalosa), sino en Antioquia, donde Martínez Sinisterra también tiene candidatos, alrededor de 56 candidatos a alcaldías, según La Silla Vacía। En Medellín, Uribe apoya la candidatura de Federico Gutiérrez, aunque un sector fuerte del uribismo está con Luis Pérez. Es posible que la aparente división en el uribismo sea una simple estrategia electoral para ganar con cara y con sello.


Hace pocos días Uribe Vélez ofreció su apoyo al candidato a la gobernación del Valle, Ubeimar Delgado y al aspirante a regresar a la alcaldía de Cali, Rodrigo Guerrero Velasco.


De lo sucedido con Ubeimar Delgado la columnista de EL ESPECTADOR, María Elvira Bonilla sostiene lo siguiente: “…desde hace varias semanas se venía buscando una alianza entre el candidato conservador, Ubeimar Delgado, y el liberal, Jorge Homero Giraldo. Delgado estaba decidido a declinar su candidatura para unir fuerzas con el candidato liberal y dar la pelea con miras a frenar a Useche, alumno aventajado en las prácticas non sanctas de sus dos tutores. Sin embargo, a finales de la semana pasada, Álvaro Uribe entró a jugar en el ajedrez político del Valle. Y de una manera perversa. Sin consideración por los acuerdos locales a que habían llegado los dirigentes de la U, su partido, en el Valle, dio su apoyo a Ubeimar Delgado, con lo cual el candidato conservador se envalentonó y deshonró el acuerdo. Madrugó a pagar avisos de prensa con su foto al lado de Uribe y decidió llevar su candidatura hasta el final. Nadie cree en la ingenuidad de Uribe. Se trató del abrazo del oso a Ubeimar, un candidato sin ninguna opción de triunfo pero con el que consiguió matar una alianza que ha podido resultar ganadora, y le abrió el camino del triunfo a Useche. El expresidente, con su sonrisa socarrona, conservará a sus viejos amigos políticos en el Valle del Cauca, pero comprometiendo el futuro de una región que empezaba a dar señales de vida”. (El abrazo del oso de Uribe, El Espectador.com, lunes 24 de octubre de 2011).

La presencia de estos barones electorales debilita aún más la democracia colombiana, en la medida en que los demostrados daños que Uribe Vélez le hizo al país, a la institucionalidad y a la nación, poco significan para los ciudadanos que votarán por sus candidatos y para aquellos grupos de poder que ven con buenos ojos la participación electoral del ex mandatario.

De igual forma, la vigencia político-electoral de Martínez Sinisterra, es la prueba máxima de que no se ha dado en Colombia un proceso de sanción moral contra el paramilitarismo y su penetración en el Estado. Es decir, el país sigue y seguirá, por cuenta de estos dos barones electorales, estimando dicho fenómeno multifactorial, como una acción legítima en contra no sólo de las guerrillas llamadas de izquierda, sino contra todos aquellos que se oponen a las tendencias mundiales que conciben un Estado mínimo, para poder garantizar, por esa vía, la circulación libre del capital, la concentración en pocas manos de la riqueza y consecuentemente, la ampliación de la pobreza, así como de las condiciones indignas, laborales y sociales, en las que sobreviven millones de colombianos.

Uribe y Martínez representan, además, la entronización de la violencia política, el clientelismo y la corrupción como mecanismo para alcanzar el poder.
De triunfar los candidatos de Uribe y Martínez (ello se da casi por descontado), no sólo sufrirá la democracia y la institucionalidad, sino que será el inicio de un proceso largo de oposición política en los que alcaldes y gobernadores, obedeciendo a estos dos barones electorales, terminarán oponiéndose a la reelección de Juan Manuel Santos y preparando el camino para el regreso de Uribe Vélez, bien en 2014 o en 2018.

Con Uribe Vélez y Martínez Sinisterra tomarán un segundo aire aquellos que participaron de los proyectos de refundar la patria. Lejos está el país de superar las aciagas noches de la penetración paramilitar y la consecuente cooptación del Estado colombiano. Por el contrario, estaremos ante una segunda etapa del paramilitarismo, que es más que un fenómeno de violencia política, a la que ya están atentos empresarios nacionales e internacionales interesados en extraer minerales y explotar los recursos de la biodiversidad.

Votar en blanco este 30 de octubre, creo, es la única salida ante este preocupante panorama.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Los universitarios se movilizan

El férreo rechazo a las pretensiones privatizadoras de la educación pública superior que trata de imponer el actual gobierno, es una muestra de que aun en Colombia hay demócratas que vemos en el estado social de derecho un horizonte de dignidad para todos y todas.

No queda más que apoyar en todos los espacios posibles a los jóvenes universitarios, unirnos a su lucha desde los diferentes espacios y roles que ejercemos en la sociedad, pues su lucha es la lucha del pueblo colombiano por un mejor futuro.

Un saludo a la Mesa Amplia Nacional Estudiantil y las diversas organizaciones estudiantiles que alzan su voz ante las pretensiones del gobierno Santos

viernes, 7 de octubre de 2011

EL CASO MARTÍNEZ: CONSECUENCIA DE UNA SOCIEDAD ENFERMA

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

Que el polémico ex senador Juan Carlos Martínez, condenado por vínculos con los paramilitares, salga de la cárcel con permiso del INPEC es un claro indicador de que las políticas criminal y penitenciaria en Colombia están al servicio del crimen, de los corruptos, lo que a su vez confirma que el Estado colombiano, como orden moral, colapsó.

Pero más allá de las polémicas salidas proselitistas de este nuevo gamonal, lo que hay que revisar muy bien es quiénes estuvieron y están aún detrás del nacimiento y vigencia de esta figura natural de la democracia colombiana. ¿Por qué sobre el asunto de los permisos sólo se pronuncian columnistas de opinión y no el propio Presidente Santos? ¿Por qué líderes conservadores del Valle del Cauca no salen a exigirle al Gobierno nacional, acciones concretas para impedir que Martínez Sinisterra maneje varias campañas políticas que buscan alcanzar el poder tanto en la ciudad como en el departamento? ¿Y qué decir de las tímidas intervenciones de los ministros de Justicia y del Interior cuando los periodistas les preguntan por los permisos otorgados al condenado por parapolítica?

¿Por qué el propio ex presidente Uribe Vélez, muy dado a mandar a capturar presuntos delincuentes y a señalar culpables, no ha dicho nada al respecto? ¿Por qué otros actores de la sociedad civil vallecaucana y colombiana guardan silencio ante un proselitismo político del que conocemos sus alcances?

Martínez Sinisterra representa lo que en varias columnas he llamado los Proyectos Políticos Emergentes, fruto de la doble moral con la que el capital circula y con la que empresarios y las élites lo ponen a reproducir, lo que de tiempo atrás les conviene a unos y a otros: aumentar o mantener la pobreza, la exclusión, una democracia clientelista, un Estado cooptado, niveles estructurales de desempleo y en general, condiciones de pauperización social con efectos claros en amplios sectores societales.

Entonces, lo de Martínez, simplemente es la consecuencia de una sociedad permisiva con el crimen, enferma, de un Estado mafioso, de una kakistocracia que ha permitido concebir súbditos, y no ciudadanos responsables y por supuesto, de un fenómeno que como el paramilitarismo, se ha servido de los intereses mezquinos de Emergentes y élites Tradicionales, para avanzar en un proyecto conservador de sociedad, en donde sobresalen las voces incontrastables de patrones, de gamonales y de matones al servicio del capital.

Este es el país que hemos construido y de eso somos culpables todos. Narcos, paracos y guerrilleros son hijos de una sociedad enferma, con una doble moral que le sirve a muchos para tapar y ocultar lo que hay detrás de estos personajes de la política colombiana. Hoy es claro que el fenómeno paramilitar, que no se opone al mercado, que no se opone a la circulación del capital, que es amigo del neoliberalismo, necesita de políticos como Juan Carlos Martínez Sinisterra. Alguien tiene que hacer el trabajo sucio.

Hoy es Martínez, pero ayer fueron Pablo Escobar y los Rodríguez Orejuela, entre otros capos, quienes se apoyaron en políticos, en empresarios, en círculos formales de poder y se sirvieron de la política para penetrar las instituciones del Estado y a la sociedad entera. Nada va a cambiar. Ya vendrán más, otros. El capital y las élites políticas los forman a su imagen y semejanza. Es decir, seres humanos inescrupulosos, con una ética acomodaticia y con una doble moral. De seguro que si revisamos el pasado es posible que encontremos razones y explicaciones al surgimiento y a la vigencia de Martínez en esta comarca vallecaucana. ¿Por qué no empezamos por pasadas campañas políticas de ciertos políticos locales y del norte del Valle, para avanzar en la comprensión de un fenómeno, que como el de Martínez, es político, cultural, económico y social?

jueves, 6 de octubre de 2011

CARTA DE APOYO



GONZALO ÁLVAREZ HENAO
CANDIDATO AL CONCEJO DE MEDELLÍN, CON EL Nº 3

POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO









Los abajo firmantes, profesionales de distintas disciplinas, manifestamos públicamente nuestro respaldo a GONZALO ÁLVAREZ HENAO, como candidato al CONCEJO MUNICIPAL de Medellín por el Polo Democrático Alternativo, reconociendo su trayectoria como dirigente cívico, popular y comunitario en esta ciudad durante varias décadas.



Gonzalo ha acompañado y asesorado los movimientos populares de la ciudad desde la década de los 80, cuando fue Concejal, y se distinguió por su trabajar con el pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Gonzalo no se ha rajado en ningún momento de nuestra historia reciente: encarna la firmeza y la perseverancia de la izquierda democrática que se aglutina en el Polo Democrático Alternativo.



Gonzalo es consciente de la importancia de resolver desde el Concejo los problemas sociales más urgentes que tenemos en la ciudad, como el desempleo, la carestía de los arriendos y de la vivienda, y en general, la inseguridad, la crisis de la salud y las altas tarifas de los servicios públicos, entre otras.



Pero además plantea asuntos de urgencia manifiesta para la ciudad, como la movilidad bajo parámetros que contribuyan a aumentar sustancialmente el disfrute del espacio público con carácter incluyente; una movilidad de cara al sentir de peatones, conductores, transeúntes y comerciantes; la generación de ingresos a través de proyectos productivos y asociativos; todo lo cual redundará en la calidad de vida, gracias a la disminución de “la congestión humana” producida por el desarrollismo vivido por la ciudad en los últimos gobiernos.



Gonzalo como Concejal se compromete a defender el principal patrimonio público de la ciudad, las EE.PP.MM, para que se le garantice a los ciudadanos, sin distinción, el mínimo vital en materia de servicios públicos; se compromete a hacer la fiscalización permanente de los procesos de planeación, urbanización y construcción de obras físicas de desarrollo y urbanismo, con sentido de responsabilidad social y ambiental, antes que obras monumentales y la defensa de las luchas sociales de todos los ciudadanos y organizaciones populares de la ciudad.



Por todo lo anterior, consideramos que GONZALO ÁLVAREZ HENAO es algo más que una opción; es a nuestro juicio, LA VOZ QUE FALTA EN EL CONCEJO: una voz de compromiso, de denuncia, de apoyo a los sectores comunitarios; una voz crítica y propositiva, de transparencia, de sentido social; una voz respaldada en la convergencia de profesionales, jubilados, educadores, mujeres, negritudes, jóvenes, grupos culturales, organizaciones de vivienditas, estudiantes, usuarios de la salud, de los servicios públicos domiciliarios; en fin, de ciudadanas y ciudadanos que esperan una mejora significativa en sus condiciones de vida como habitantes de la segunda ciudad del país.


Firmas





Luis Fernando Wolff Isaza Catedrático Universitario
Adolfo León Betancurth Médico
Aydee Socorro Montoya Ambientalista
Luis Alfredo Molina Lopera Abogado, Periodista
Eduardo Nieto López Abogado
Carlos Ossa Poeta
Ramiro Álvarez Bedoya Arquitecto, Planificador Urbano
William Estrada Abogado, Ex Presidente ADIDA
Jaime Jaramillo Abogado, Poeta, Ex Presidente ASONAL ANTIOQUIA
Luis Fernando Muñoz Médico
Jairo Ramírez Giraldo Abogado, Ex Magistrado Tribunal superior
Arnoldo López Directivo- Organización de Desplazados
Edwin Posso Abogado, Asesor Red de TV Comunitaria
José Libardo Soto Médico Veterinario

















gonzaloalvarezalconcejo.blogspot.com

jueves, 1 de septiembre de 2011

¿COLUMNISTAS O TESTAFERROS IDEOLÓGICOS?

Por Germán Ayala Osorio , comunicador social y politólogo
www.laotratribuna1.blogspot.com


El proyecto político, económico, social y cultural del paramilitarismo necesitó de ideólogos que hicieran lobby en altas y medianas esferas de la sociedad colombiana, para lograr no sólo penetrar su estructura, así como lo hicieron en las del Estado, sino para ganar adeptos para un proyecto fincado en el cansancio que aquellos sectores de poder sentían por la acción guerrillera y por los discursos reivindicantes de socialistas, comunistas, sindicalistas y pensadores críticos del Establecimiento.

En este tipo de iniciativas políticas las tribunas de opinión de la gran prensa juegan un papel clave, como quiera que desde allí se han defendido proyectos revolucionarios de las guerrillas, y en los últimos años, la acción pretendidamente contrainsurgente del paramilitarismo, como acción válida ante la debilidad del Estado para contener la avanzada de las Farc y del Eln.

Que columnistas expongan sus ideas y muestren en sus columnas sus simpatías ideológicas frente a los proyectos armados de guerrillas y paramilitares refleja en parte el contexto colombiano, polarizado entre las tendencias de izquierda y de derecha. Pero, por un lado va que cada columnista elabore y exponga sus planteamientos de manera libre, esto es, sujeto tan sólo a los límites que le pone su propia capacidad discursiva. Hasta allí creo, que las libertades de conciencia, de expresión y de prensa quedan cubiertas, lo que daría para aplaudir que aun en medio de las diferencias ideológicas, unos y otros, pueden exponer sus ideas de manera libre, eso sí, sin desconocer que en Colombia siempre habrá riesgos para quienes deciden hacer públicas sus opiniones.

Y creo que la gran prensa, motivada no sólo por la decisión de asegurar la pluralidad de pensamiento en sus tribunas de opinión, logra hoy que confluyan en sus páginas de opinión plumas de diversa índole y talante. Por ejemplo, en medios nacionales como EL TIEMPO y EL ESPECTADOR se exhiben posturas de derecha de columnistas como José Obdulio Gaviria, Fernando Londoño y por supuesto, el propio caso de Ernesto Yamhure.

Pero por un lado van las afinidades ideológicas que un columnista pueda sentir o advertir hacia una corriente de pensamiento, o con un proyecto político armado como el de las Farc y las AUC, y por el otro, que los columnistas terminen cumpliendo el papel de prestidigitadores, de voceros, de magos del discurso, para encubrir una empresa criminal y hacerla pasar como un proyecto libertador y por ello legítimo y vital para la nación colombiana.

Ese parece ser el caso de Ernesto Yahmure, columnista de EL ESPECTADOR por más de 10 años, a quien se le señala de haber tenido relaciones cercanas con Carlos Castaño, líder de las AUC. La versión la recoge hoy la revista Semana.com, quien a su vez basa su información en la que publicara el periódico Un Pasquín, dirigido por el reconocido caricaturista, Vladdo.

En Semana.com se lee hoy 01 de septiembre de 2011 que ”los documentos, hallados en una memoria USB en poder de la Fiscalía y publicados en el periódico Un Pasquín, revelan que Carlos Castaño conocía de antemano las columnas de Ernesto Yamhure y que el entonces jefe paramilitar tenía injerencia sobre su contenido” (sic).

Si ello fue así, Yamhure puede ser señalado como testaferro ideológico de la empresa criminal más grande, temible y exitosa puesta en macha en Colombia: el paramilitarismo.

Esa constatación perjudicaría la libertad de pensamiento y a las propias libertades de expresión e incluso, a la libertad de prensa, en la medida en que el ejercicio subjetivo de la doxa estaría mediado, por un lado, por la presión política que pudo haber ejercido el líder las AUC, Carlos Castaño, sobre Yamhure, para que publicara sus columnas en un sentido o en otro; pero por el otro lado, el mencionado columnista estaría sirviendo de estafeta, de amanuense a un proyecto criminal violador de los derechos humanos y responsable de buena parte de los desplazamientos forzosos de millones de colombianos, lo que de inmediato invalida el ejercicio subjetivo de la opinión, para poner, ese mismo ejercicio, al servicio de semejante empresa criminal.

Estamos, entonces, ante una línea delgada que se dibuja entre el derecho que les asiste a los columnistas de la gran prensa nacional, con todo y lo que ello significa, a expresar con cierta libertad su opinión y de convertirse por esa vía en líderes de opinión, y el de militar, validar, aceptar, difundir y de apoyar empresas o proyectos criminales como el paramilitarismo.

Y si bien no se puede endilgar responsabilidad alguna al diario EL ESPECTADOR por dar cobijo a este tipo de columnistas, sí amerita una discusión alrededor de lo que significa para un país violento y polarizado ideológicamente el abrir tribunas de opinión que terminan sirviendo a los intereses de líderes político-militares al margen de la ley.

Creo que es hora de que el debate se dé y qué bueno sería que las Facultades de Periodismo del país, junto con los medios masivos, convocaran a una discusión sobre este caso que de todas formas toca la responsabilidad social de los medios masivos, en especial en lo que tiene que ver con la generación de estados de opinión que de verdad sirvan para que las audiencias comprendan los riesgos latentes de defender y militar en proyectos político-militares infestados por el narcotráfico y responsables en la comisión de delitos de lesa humanidad.

Es ya suficiente riesgo para un columnista estar sujeto a sus propias convicciones, ideales y posturas. Y peor aún será el riesgo para éste, cuando decide poner su pluma al servicio de quienes están lejos de aceptar la diferencia. Al hacerlo, deja de ser un columnista, para convertirse en un vulgar testaferro ideológico.

miércoles, 31 de agosto de 2011

LA JUSTICIA SE ARRASTRA, PERO LLEGA

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


La condena a 24 años de prisión, proferida por la Corte Suprema de Justicia contra Alberto Santofimio Botero, adquiere un significado especial no sólo por la pena impuesta, sino por el largo proceso judicial, en especial por la instancia de casación con la cual se logra el histórico fallo.

El fallo es ejemplarizante y manda un claro mensaje a aquellos políticos colombianos que han hecho y hacen política de la mano de criminales, de narcotraficantes, paramilitares y guerrilleros: la justicia sigue cojeando, pero llega.

Se demoró la justicia colombiana en esclarecer los hechos que llevaron a la muerte de Luis Carlos Galán Sarmiento a finales 1989, pero finalmente encontró culpable al caudillo tolimense, quien, según la propia Fiscalía y los elementos probatorios recogidos por la Corte Suprema de Justicia, azuzó a Pablo Escobar para que ordenara el crimen del líder liberal.

Las autoridades judiciales, y en especial los magistrados de la Corte Suprema de Justicia deben saber dimensionar lo que ha sucedido en Colombia durante años: la connivencia, el contubernio de la clase política con el crimen organizado.

Por ello, en estas horas en las que asistimos a un claro enfrentamiento de visiones alrededor de lo que debe ser la justicia, su forma de operar, a juzgar por los proyectos de reforma que hoy cursan en el Congreso de la República, este tipo de decisiones pueden resultar determinantes bien para ahondar y profundizar las diferencias entre el Gobierno de Santos y la bancada de la Unidad Nacional y las Altas Cortes, o para acercar a los tres poderes públicos en aras de llegar a consensos en torno a la necesidad de que el gobierno de los jueces continué como hasta ahora, con miras a limpiar el Congreso y las prácticas políticas. Creo, eso sí, que más fácil este hecho jurídico-político termina ahondando las diferencias entre las partes, que servir para acercarlas.

Sin duda, hay una clara intención de sectores del Ejecutivo y del Legislativo para golpear el poder de las Cortes, en especial a la Corte Suprema de Justicia, y en general a la Justicia, para restarle autonomía e independencia y someterla a las mafias que aún rondan al Congreso. En la mira están las funciones y el poder de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo de Estado y de la propia Procuraduría General de la Nación en torno a las actuaciones de funcionarios aforados como los congresistas.

Creo eso sí, que hay más gente comprometida detrás de Alberto Santofimio Botero. Pero, insisto, se trata de un gran avance en la idea de que la justicia llegue, así sea arrastrándose.

Si la propia clase dirigente de este país no se autodepura, y si la sociedad civil sigue ajustándose a sus mezquinos intereses, sólo nos queda confiar en los jueces, en aquellos operadores judiciales convencidos de que el Estado, la política y lo político hay que arrebatárselos de las garras al crimen organizado que de tiempo atrás campea por el territorio nacional y por las membranas más sensibles de la sociedad colombiana.

Y que ahora que no salgan con que el INPEC no puede garantizar la seguridad del señor Santofimio y se ordene su traslado a una guarnición militar o policial, o en el peor de los casos a su lugar de residencia. No. El lugar de reclusión debe ser una cárcel.

lunes, 29 de agosto de 2011

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, LANZÓ A LOS JUECES A LA FOSA DE LOS LEONES








GONZALO ÁLVAREZ HENAO
CANDIDATO AL CONCEJO DE MEDELLÍN, CON EL Nº 3

POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO








Medellín, 6 de agosto de 2011
Doctor
Juan Manuel Corzo Román
Presidente del Congreso de la República
Bogotá D. C.

Asunto: Proyecto de Reforma a la Justicia.


El señor Presidente de la República ha radicado en el Congreso el Proyecto de Reforma a la Administración de Justicia, en un gesto que deja mucho que desear no sólo por que queda en evidencia la palmaria incapacidad gubernamental de lograr un consenso con las altas Cortes en materia tan vital para la democracia, sino por desechar la oportunidad de dejar sentadas constitucionalmente las bases para que a futuro nuestro país cuente con una oportuna y eficaz administración de justicia en momentos tan cruciales para la nacionalidad. Quisiera creer que se trata de la incapacidad gubernamental, y no de un oculto propósito de lanzar a los jueces a la fosa de los leones.


No hay duda que la administración de justicia es un tema que a todos nos concierne y por ello, desde mi modesta posición de aspirante al Concejo de Medellín, que pretendo representar los intereses de un gran sector de la población de esta ciudad, expreso mi desacuerdo con el citado proyecto porque no consulta las necesidades actuales del poder judicial y más bien contribuye al progresivo desbalance entre los poderes públicos en desmedro no sólo de los órganos jurisdiccionales, sino de la ciudadanía en general que verá menguarse una vez más su derecho esencial de acceso a la administración de justicia, con la consecuente afectación de sus derechos y garantías fundamentales, reconocidas por los tratados y convenios internacionales, suscritos y ratificados por el país.


Los problemas de la administración de justicia en nuestra Nación no se solucionarán con reformas paliativas como las que se proponen, que no apunta a aspectos tan esenciales como la garantía de una total autonomía e independencia de esta rama del poder público y la asignación de un presupuesto adecuado que consulte sus reales necesidades.


Le corresponde al Congreso entonces el papel histórico de retomar aquellas iniciativas de reforma propuestas por las altas Cortes y por el conjunto de los órganos jurisdiccionales, de ahora y de antes, para imprimirle a la propuesta gubernamental los cambios indispensables y necesarios para diseñar una reforma sustancial que permita darle al poder judicial las herramientas y los recursos necesarios que le garanticen su plena autonomía, su independencia y su eficacia.


Estaremos expectantes para que la lánguida iniciativa gubernamental que inicia su trámite en el Congreso no se convierta en una oportunidad para que el Legislativo y la denominada clase política tradicional le pasen cuenta de cobro al poder judicial por sus recientes actuaciones que pusieron freno a las ambiciones personalistas del pasado gobierno y han sancionado hechos punibles en los que incurrieron algunos congresistas, hoy privados de la libertad o inhabilitados para ocupar de nuevo una curul en el órgano legislativo.



Atentamente

Gonzalo Álvarez Heno
Candidato al Concejo de Medellín
Polo Democrático Alternativo
gonzaloalvarezhenao@une.net.co




sábado, 27 de agosto de 2011

Guatemala – Condena de 6.060 años a militares responsables de masacre

El pasado martes 2 de agosto, en un fallo sin precedentes en el mundo, fueron condenados cuatro exmilitares del cuerpo de elite del ejército guatemalteco, o kaibiles, a penas de 6.060 años de cárcel cada uno, por ser los responsables de la masacre ocurrida entre el 6 y el 8 de diciembre de 1982 en la comunidad de Dos Erres (departamento de Petén). Según la sentencia, Carlos Antonio Carías, quien para la época tenía el rango de teniente y comandaba la unidad juzgada; y los antiguos soldados Manuel Pop, Reyes Collin y Daniel Martínez asesinaron, violaron y torturaron a 201 hombres, mujeres y niños, para luego enterrarlos en fosas comunes que fueron descubiertas en 1994 y en donde se exhumaron 160 cuerpos.
La decisión sin precedentes, del Tribunal Primero 'A' de Alto Riesgo de la Ciudad de Guatemala, señala que el grupo de 18 kaibiles –de los cuales dos ya murieron– cometió estos actos atroces, obedeciendo a las políticas contrainsurgentes impulsadas por la dictadura del general Efraín Ríos Montt (1982-1983). Durante el gobierno de facto del militar, se creó una alianza entre las fuerzas militares del país y las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), grupos paramilitares que la dictadura reconoció legalmente en 1983, con la que se adelantaron miles de violaciones a los derechos humanos de los opositores a la dictadura y la población civil, incluyendo asesinatos, desapariciones forzadas, desplazamientos masivos y destrucción de cientos de comunidades indígenas y campesinas.
Casi tres décadas después del régimen militar, miles de víctimas del terror de Estado exigen justicia por la muerte de sus familiares y por los traumas que las masacres causaron a toda una generación. Desde 1994, la Asociación Familiares de Detenidos Desaparecidos de Guatemala (Famdegua) abrió el proceso judicial por los crímenes de lesa humanidad cometidos bajo la dictadura de Ríos Montt, quien actualmente enfrenta cargos por genocidio y otros delitos atroces.
Para lograr el histórico fallo, los familiares de los desaparecidos, supervivientes y testigos clave de lo sucedido en Dos Erres aportaron pruebas contundentes que indican como los antiguos kaibiles son culpables y contradicen la versión de los militares, que durante años han atribuido la masacre a la guerrilla. Esto no es nuevo: diferentes organizaciones defensoras de derechos humanos han denunciado en numerosas oportunidades que el Ejército ha buscado entorpecer de manera sistemática los procesos de investigación sobre este tipo de violencias masivas, aprovechándose de la ineficiencia y corrupción del sistema penal.
En 2009, una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó al Estado guatemalteco por los crímenes de lesa humanidad cometidos en las Dos Erres. Sin embargo, a pesar de que la CIDH impuso la captura de los implicados, la Corte de Constitucionalidad de Guatemala no permitió que se llevara a cabo su arresto, argumentando que las Leyes de Reconciliación no permitieron continuar con el curso del proceso y que no se tenían pruebas suficientes para encerrarlos.
A pesar de los obstáculos, ésta es la primera vez que son juzgados miembros de ese cuerpo de elite del Ejército. Según investigaciones independientes y la decisión de la CIDH, los kaibiles eran adiestrados, bajo asesoría de militares de Estados Unidos, para matar con lujo de violencia, torturar y desaparecer a quienes se opusieran a los dictados de quienes controlaban al país centroamericano.
Luego de su creación, en 1974, el momento más importante de este cuerpo militar se dio con la administración de Ronald Reagan en EE.UU., quien definió una política belicista e intervencionista en Centroamérica, y apoyó la derogación de la Constitución, el estado de sitio y la represión impuesta por Ríos Montt en 1982. Los kaibiles fueron una pieza fundamental de la articulación entre los militares y los paramilitares de las PAC, con la que la dictadura ejecutó a miles de hombres, mujeres y niños para sembrar el terror, doblegar la resistencia civil e imponer su gobierno del “deber ser del buen cristiano”. Como resultado de estos crímenes de Estado, fueron afectadas principalmente comunidades indígenas en departamentos como Baja Verapaz y Petén, y se produjo un genocidio con más de 250.000 víctimas, millón y medio de desplazados y un número todavía indeterminado de desaparecidos.
Actualmente, los kaibiles siguen siendo parte del ejército de Guatemala, siendo empleados en la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, siendo reconocidos internacionalmente por su apodo de 'máquinas de matar' –que ganaron con sobrado mérito en la primera guerra de Iraq–, mientras miles de víctimas esperan que este grupo sea desmontado y que Efraín Ríos Montt sea sentenciado como responsable directo del genocidio y del terrorismo de Estado.




Por: Ivonne Cardozo


Fuente, EL TURBION

jueves, 25 de agosto de 2011

La tentación de los autoritarismos

Por Víctor Manuel Niño R.*

En la Historia de América Latina ( y del resto mundo ) la norteamericanización del Continente ha sido también una elección de un incontable numero de gobernantes que han visto en el proceso de su cultura un modelo a seguir, hasta el punto de hacer derivar la historia del continente latinoamericano como idéntica a la del norte, en el caso de la adaptación sin ninguna reflexión de instituciones ( como por ejemplo la educativa) a la realidad social propia. Esta adaptación ha sido tan incongruente, que los efectos se han visto desde el mismo inmediato presente. Por ejemplo , la mercantilización de la educación que en Norteamérica funcionaba muy bien porque su cultura había sido derivada desde una ética protestante y a base de la concepción de la iniciativa privada, en Latinoamérica responde a una industria educativa incongruente o caótica. De ahí el hecho palpable, que las universidades de origen latino estén mucho atrás en las listas de las universidades más prestigiosas del mundo, y que sus egresados no hayan contribuido de una manera significativa en las historia de los desarrollos científicos ( Lo que se pude ver, en la entrega de los premios nobel, relativos a la ciencia y a la tecnología.)

La diferencia entre ambas “culturas” se muestra desde el inicio de las conquista de América : la formación de la sociedad norteamericana comienza con las trece colonias originarias de una ética protestante a diferencia de las paulatinas conquistas españolas, que traían al nuevo mundo la concepción católica de la vida ( que si bien fue esencial en el proceso de la colonización) luego derivaría en una concepción contra reformista, que en Europa había costado muchas guerras (Véase contrarreforma en Europa). A este respecto “Las corrientes literarias en la América Hispánica” (1945)*, del erudito de Santo domingo Pedro Henríquez Ureña(1.884-1946) nos da una claridad a los lectores ignorantes de esta materia, y echa por tierra innumerables prejuicios que han acuñado la dogmatica academia latinoamericana, infundiéndonos racismo y rencor, y nos conduce de la mano, a través de una bella y cristalina prosa hacia la maraña de problemas y casos de nuestra propia historia. La misma historia de la literatura (dicho sea de paso) que se plasma en ese estudio, echa también por tierra la concepción enumerativa y cronológica de la literatura del continente y la antepone a un estudio moderno como historia social y cultural, cosa que a estas alturas del siglo XXI (2011) no se está haciendo, reflejando aun más el dogmatismo y el atraso cultural y socio político al que está sometido el continente.

En cuanto a política hay una diferencia esencial en la formación histórica de la América Sajona y la Latina: “La mayoría de las colonias inglesas, como es bien sabido, comenzaron con una organización más o menos aristocrática , pero fueron evolucionando ininterrumpidamente, hacia la democracia, tanto social como política” (nota 9, capítulo 2.Libro citado). Este subrayado nos lleva a cuestionarnos sobre las “tentaciones dictatoriales y autoritarias” en América Latina, y de estas “tentaciones” se han ocupado de su estudio más los escritores que los mismos historiadores. Desde el inicio del llamado “ boom literario latinoamericano” son los escritores los que han tratado este tema ( Márquez, Llosa, Carpentier), y esto denuncia también el precio que se está pagando por el olvido a que fue sometida la modernización de la cultura ( el olvido de sus grandes diseñadores ( A. Reyes, Henríquez Ureña, Rodó entre otros) por la academia que prefirió pagar altos precios por un conocimiento que importaron de las rimbombantes modas académicas de los países europeos y norteamericanos que ellos mismo no construyeron, y lo que es peor, que ellos mismos no reflexionaron. La aparición de las terribles dictaduras y autoritarismos obedece a circunstancias históricas, no fortuitas: “La América Hispánica evolucionó también gradualmente hacia la igualdad social, pero no en lo político; la democracia hubo de ser impuesta por ley, una vez consumada la independencia…” (Nota 9,L.C). Es una diferencia esencial entre ambas culturas : la tensión entre la ley y el individuo (Léase autoritarismo, dictadura) caracteriza la vida social de los pueblos hispánicos y latinoamericanos. La justicia, que hace el equilibrio entre la ley y el individuo, ha quedado en la tensión que fundamenta la sociedad. El pueblo anglosajón se formó a través de una ética de la “responsabilidad” protestante, e históricamente el pueblo derivado de las conquistas españolas y portuguesas obedece a que: “… el pueblo español ha mostrado siempre una tendencia a hacerse su propia ley” (Pág. 38 .L.C), y en América hispánica debido a un divorcio entre la ley y la vida real apenas finalizada la independencia y que tiene su origen en las “nuevas leyes de 1542” ( Bartolomé de las casas, hizo posible este reconocimiento de los derechos del pueblo aborigen). El lema consistió en “ obedecer pero no cumplir” y esta conducta de los españoles se puede dilucidar claramente a partir del hermoso y breve texto de 1975 del erudito y Profesor Colombiano Rafael Gutiérrez Girardot(1928-2005) titulado La literatura española* que cumple magistralmente los postulados de enmarcar una historia de la literatura en bases solidas sociales y culturales. “La ley” es una constante tensión en los pueblos latinoamericanos, que no fortuitamente tienen la capacidad de fabricarlas abundantemente, haciendo muchas veces de estas, adornos para la vida social.

* Pedro Henríquez Ureña .Las Corrientes literarias en la América Hispánica. F.C.E,1949
*Rafael Gutiérrez Girardot. Hispanoamérica: imágenes y perspectivas. Editorial temis,1989

Escritor*





jueves, 9 de junio de 2011

DE POLICÍAS Y LADRONES

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


Para el singular caso de Colombia, la presencia de policías y ladrones (y hasta de guerrilleros y soldados), se garantiza por la existencia de un conjunto de factores ‘naturales’, sociales, económicos y políticos que en ciertas circunstancias, se exhiben plenamente amalgamados y unidos.

La delincuencia, así como el delincuente, representan una disonancia, una desviación, como quiera que el ser humano piensa e imagina la sociedad como un conjunto de reglas uniformes, que no sólo deben ser seguidas y respetadas por todos, sino que son una suerte de camino único y posible de convivencia social, que no representa sometimiento alguno para aquellos que en algún momento se puedan sentir violentados por la propuesta de sociedad, que se encarna en ese conjunto de normas y reglas.

Por ello hay quienes de manera ‘natural’ representan el rol de delincuente, para el que de inmediato aparece la respuesta institucional, socialmente aceptada y exigida, a través del rol del policía, que hará lo posible por someterlo, contrarrestar su acción o en últimas, eliminarlo.

Es decir, la institución instalada en el cuerpo del policía y la delincuencia instalada en el cuerpo del delincuente, exponen no sólo el conflicto relacional entre los dos roles, sino la confianza que el resto de la sociedad deposita en el cuerpo armado para contrarrestar al delincuente.

Cuando el policía olvida su rol y actúa como delincuente (delinque usando el poder del uniforme), se agrieta la confianza en las instituciones del Estado y las empieza a minar por dentro. Esto es lo que claramente pasa en Colombia en donde delincuentes y policías, resultantes de una sociedad violenta, discriminante y polarizante, intentan sobrevivir en un entorno donde justamente la falta de oportunidades es lo que les permite existir a los dos. Quizás ese elemento les permita, en muchas ocasiones, actuar juntos por fuera de la ley.

Delincuente-Policía y Guerrillero-Soldado son dicotomías que se reproducen en tanto la sociedad, la nación y el Estado colombianos mantienen y reproducen las circunstancias que hacen posible que dichos roles existan y se legitimen desde muy diversas esferas de poder: una sociedad polarizada, fácilmente polarizante, conflictiva, violenta y profundamente desigual.

Socialmente dichos roles se garantizan desde el preciso momento en el que la lucha de clases se manifiesta y se exhibe en espacios laborales, en espectáculos públicos, en la publicidad, en las prácticas de consumo y por supuesto, en las relaciones de poder institucionalizadas sobre las cuales hay establecidos consensos.

Quien delinque, enfrenta ese escenario bien desde la simple postura de rechazar el orden social establecido y sus circunstancias, porque está en desacuerdo, o porque cree que delinquiendo puede invertir la relación de dominado. Pero también se da lo contrario, cuando un individuo pretende aumentar para sí el poder, hasta lograr dominar al máximo a quienes están del otro lado de la relación (debajo) de poder, esto es, tiene como fin lograr la degradación de la condición humana.

Ello rompe con el imaginario que señala que delincuencia y pobreza van de la mano, cuando desde altas esferas de poder, económico y político, hay actores y agentes que delinquen bajo el ropaje de una institución privada o del Estado, lo que les asegura un tratamiento distinto al que normalmente recibe el delincuente común (raponero). Las ollas podridas destapadas en la DNE y en varias EPS son ejemplos de un actuar delictivo que se equipara, en términos de circunstancias y anhelos, al de las bandidos que azotan las principales ciudades de Colombia.

Desde la perspectiva económica, delincuentes y policías existen porque las condiciones del mercado y del sistema capitalista así lo permiten. De un lado, están quienes desean suplir una necesidad bien sea porque sufren de física hambre y, del otro, porque como víctimas de los modelos de éxito propuestos (impuestos) por la publicidad y la sociedad, quieren sentir lo que sienten los que ya gozan o van camino de alcanzar el anhelado éxito.

De igual forma, ambos roles están sujetos a las lógicas del mercado. Las armas para repeler a la delincuencia (incluye los costos de preparación de policías y soldados) ponen a andar a la industria militar que provee armas, pertrechos y toda suerte de elementos tecnológicos requeridos para enfrentar la desviación y la anomia que representan los delincuentes.

Por ello la respuesta de aumentar el pie de fuerza viene dada en términos de oferta y demanda, por cuanto la situación apremiante de inseguridad así lo amerita. Para las fuerzas represivas del Estado o los aparatos represivos de Estado, al decir de Althusser, parece ser suficiente con el aumento de efectivos armados en las ciudades para contrarrestar la delincuencia.

Niegan, de esta forma, la posibilidad -y la necesidad- de buscar otras aristas, factores y condiciones que aseguran o permiten la aparición del delincuente. Ese es el caso de la ciudad de Cali, recientemente ‘tomada’ por la institución policial para enfrentar disímiles formas en las que se expresa el delito y la delincuencia.

Desde la perspectiva política, la delincuencia en las ciudades sigue siendo un factor menor desde lo electoral, puesto que la agenda que traza e impone el conflicto armado interno, desplaza de alguna manera el interés y la responsabilidad que tienen alcaldes, gobernadores y el propio Presidente, en el aumento del crimen en las urbes colombianas.

El actual gobierno de Santos presenta una agenda en la que la guerra contra las Farc no es el único tema que la constituye, tal y como sí sucedió en las dos administraciones de Uribe en la que el único tema de la agenda era acabar con las Farc. Es posible que quiera darle un carácter político a la creciente delincuencia en las ciudades, sin que ello signifique que vaya a enfrentar las circunstancias que hacen posible que existan policías y ladrones.

miércoles, 8 de junio de 2011

La conciencia Intervenida

Por Víctor Manuel Niño*

Decir que el futbol y el catolicismo son los principales generadores de los nacionalismos (¿Será una contradición en si mismo, la propención del catolicismo al nacionalismo?) no es lo mismo que decir que no queremos que existan la iglesia católica y los partidos de futbol. Decir que se omite a Dios de todo discurso político, no es decir que se es ateo. Criticar al imperialismo mediatico que existe actualmente de la izquierda y la derecha (cuando se dice que no sé es de derecha, inmediatamente lo juzgan como comunista y cuando se dice que no sé es de izquierda, inmediatamente lo juzgan como fascista o títere del capitalismo) es ganarse de inmediato el minucioso odio de conservadores o populistas de cualquier tendencia, incluyendo la tendencia populista catolica; pero no quiere decir que al criticar estas tendencias se esté diciendo que no queremos que existan. Estos extremos nos llevan a los ciudadanos medios, a lo que actualmente es una constanste en las sociedades, a la desorientacion política. Se ha llegado hasta el extremo de erradicar del vocabulario social, la palabra"política" como productora de "corrupcion" u otras delincuencias. La palabra política está tan desgastada como los partidos políticos de vieja rancia que no lograron un deslinde racional entre estos.

La desorientación política desde el punto de vista social, es el caldo de cultivo de los políticos carismáticos y en últimas de todos los autoritarismos. El ciudadano medio, al juzgar desde sus fuentes informativas que toda política es corrupta, opta por el abstencionismo y entra en lo que cabe llamar: "ansiedad de la desorientación". Los miembros de la sociedad se tornan incapaces o indecisos en canalizar su descontento o "resentimiento" . El "resentimiento" es una fuerza social que se debe canalizar y al encontrarse en desorietación se vuelve ansiedad. Entonces "los resentidos" se juzgan en la sociedad de un modo peyorativo, sino despectivo. ( y más si es un intelectual el que es resentido).


El resentimiento y la envidia son fuerzas sociales que deben canalizarse. Una política oscura, fomenta la ansiedad de la desorientación y con ella todas sus consecuencias. Esto quiere decir que estamos socialmente ante el desconocimiento de la función de la política: la política no es una empresa para dar empleos de corbata, o enriquecer a unos cuantos sinverguenzas, sino para dar a las sociedades una organización, una convivencia. Puede sonar candoroso, pero así es y más ante las constantes dogmáticas u ortodoxas que quieren permanencia en el poder. Entonces la palabra política se ha llegado a identificar con la palabra "poder" o lo que es peor "autoritarismo" y no seria casual la aparicion en la historia actual de brillantes figuras carismàticas que tienen la tendencia a acaparar el poder:en el caso de Colombia Uribe velez y en el caso de Venezuela Hugo Chavez; en el caso de Italia Berlusconi y en el caso de Francia Sarcosy. En resumen, esta crisis de desorientación política en las sociedades produce sus caudillos y tiene una causa en el repudio que siempre ha causado la democracia en los dogmáticos, ortodoxos y carismáticos; otra causa en la coacción que quieren ejercer en la conciencia de los ciudadadnos los ortodoxos y dogmáticos. Quitarle el poder a la iglesia católica en la historia de occidente fue una lucha hercúlea que concluyó con la separacion de la iglesia y el estado, lo que se ha cumplido a medias; la iglesia católica jamas ha aceptado "la neutralidad" y hoy por hoy ha recuperado su "poder" ante la "conciencia publica" y la política. La creación de los tres poderes públicos en la sociedades de derecho, ha garantizado cierta neutralidad ante la puja del "ejecutivo" y la sociedad ha resistido a que clausuren uno de estos dos poderes de parte del ejecutivo. La separación de la iglesia y el Estado, ha sido un hecho, pero no ha garantizado la "neutralidad" de la iglesia ante el Estado por el constante intervencionismo de lo que deberia estar en la esfera privada ( los sermones solamente en las iglesias). Lo mismo que la educación ( que deberia ser neutral en el legado de la ilustracion ) que deberia ser monopolio del Estado. Uno de los grandes protagonistas de la constitución del 91, a pesar de su gran acierto, llamó a la iglesia a intervenir en el conflicto interno colombiano.Decir que la iglesia católica y protestante deberia ser neutral ante el Estado (cosa que ganaría el minucioso odio de una mayoria ) no es decir, como dijimos, que no queremos que existan las iglesias y sus cultos); fue una verguenza para colombia en las pasadas eleciones políticas para presdidente (2010-2014) que se haya logrado "satanizar" a los contendores politicos de un lider carismatico de "ateos". Esto revela una conciencia intervenida por el "eclesiasitico": revela un desorientacion entre la esfera privada y la esfera publica; lo que pertenece a la esfera privada, a la libertad personal no debería intervenir en lo que es la esencia de la esfera publica : la neutralidad. Esta confusion que prevalece en el ambito de estas sociedades, desata una desorientacion cuyas sintomas son la intolerancia y la esquizofrenia en las gentes de una sociedad ¿que tiene que ver todo esto con la libertad de conciencia? ¿que te miren como un animal raro por ser ateo, no es una intervención en la libertad de conciencia? ¿una fobia moral como la xenofobia o la omofobia?

*Escritor



lunes, 23 de mayo de 2011

¿La manipulación de la realidad?(La ideología de los efectos en el mundo actual)

Por Victor Manuel Nino


La segunda vuelta en junio del 2011 en la elección del Presidente del Perú, entre los candidatos Ollanta Humala y Keiko Fujimori se ve solo como una competencia por el logro del poder y no como debería ser, un camino político en el que los candidatos dan lo mejor de sus “ideologías” en los que ellos creen que debe ser mejor para el país, o lo mejor para el logro de las aspiraciones de la mayoría, que son en ultimas los que eligen a los presidentes (si no es que las minorías lo eligen). Esto parece cierto sobre todo en el caso de Keiko Fujimori, que contrató un asesor norteamericano para dar fuerza a su idea de su programa bandera “el ataque a la delincuencia” (La delincuencia común y organizada es por hoy, uno de los mayores problemas de América Latina, que según la experiencia de muchos países, ha sido imposible controlarla con la represión, como en el caso de Centroamérica).

La candidata Fujimori, al parecer esta tratando de sintonizar el sentimiento popular (que abandonado a si mismo, se traduce en “irracionalidad”, se traduce se podría decir en “sentimentalismos” futboleros) y más que sintonizarlo, esta tratando de polarizar los problemas de la nación en opciones de fuerza, que es lo que sintoniza con la “irracionalidad” y que es lo que han hecho los candidatos de opción populista, bien sea de derechas que de izquierdas. La intención de Keiko es polarizar los problemas del país, como sucedió en Colombia entre guerra al enemigo y pobreza; pero esta vez entre delincuencia y pobreza, haciendo lo mismo que hizo su padre al posesionarse con la opción de la fuerza. Es una clara manipulación de la realidad, que se traduce en un favorecer a los efectos y no a las causas: así Ollanta propone reducir la pobreza e invertir en educación, que viéndolo bien encausa, pero parece increíble de tanto que se ha prometido. Al racionalizar los efectos (cuales podrían ser las fuertes causas de la delincuencia) se sintoniza con la pura “irracionalidad” de la realidad, lo que se traduce a la vez, en el abandono de la misión de los Presidentes, que es trabajar por la “generalidad” y no ser tan “cositeros” como un encargado de oficina; es decir, dividen los problemas del país en soluciones tan positivas como el trabajo de la policía. Como decía un prometedor candidato a político “pues si hay un hueco, se tapa” .La ideología actual –se repetirá mil veces- trabaja los efectos y no las causas. La vertiginosa carrera positivista del mundo, apunta a una extrema manipulación de la realidad. La opinión que tiene la población, la crea esta manipulación de la realidad por los medios de comunicación: se podría asegurar que un candidato hábil crea sus propios mitos y barre dependiendo de sus conocimientos en manipular el alma de la población. Cabria preguntarse donde se están educando los comunicadores sociales, los que tienen como encargo trabajar en esta realidad y presentarles a sus ciudadanos las informaciones que se cuelan de la realidad y la realidad que presentan sus representantes.


*Escritor

martes, 10 de mayo de 2011

Del racismo de Berlusconi a la locura de Gadafi

Por Víctor Manuel Niño*

El Tratado de Amistad Libia-Italia se renovaba cada año como un convenio y en memoria podría decirse de su antigua colonia italiana. En el 2010, la renovación de este tratado significó para Italia otro convenio, el control de la inmigración clandestina que partía de los puertos de Libia hacia Europa (Italia). Silvio Berlusconi entre otros tratados, firmó este que significaba una abierta violación de los derechos humanos; la disminución de la inmigración clandestina por mar y el compromiso de Libia para evitar que los inmigrantes que parten de sus puertos alcancen aguas maltesas o italianas. Así, obligados a cruzar el desierto, cientos de inmigrantes huyendo del “cuerno de África”(los que escapan de las guerras, de persecución política o religiosa) fueron abandonados en el desierto. Al ser retenidos en Libia operaba dicho tratado que les anulaba la posibilidad del asilo político. El derroche y la excentricidad que enmarcó la firma del acuerdo entre los dos excéntricos y las repetidas arengas de Gadafi para la conversión de los infieles occidentales desde su tienda beduina instalada en el jardín de una villa de Roma, contrastó con los llamamientos de amnistía internacional, también por la violaciones de los derechos humanos, recordándole a Berlusconi las "graves violaciones" de las leyes internacionales que cada día se cometían en Libia. Así, Italia se ponía a la cabeza de las reinantes xenofobias y racismos en Europa: Berlusconi había logrado en Italia (Junto al Partido político llamado “Liga del Norte”) polarizar la opinión publica en problemas de Italia-inmigrantes. Mientras tanto en el norte de África, en Egipto, a principios de este año (2011), miles de súbditos de Murabak (quien había gobernado durante 30 años) se levantaban en protestas contra la desocupación y la pobreza, iniciando lo que desencadenó una serie de protestas de países musulmanes norte africanos y orientales. El éxito rotundo de Egipto al derrocar a Muraback (durante 18 días de protestas) contrastó con el inicio de las protestas en Libia, en las que Gadafi tajantemente amenazó a sus “súbditos” disolver violentamente cualquier inicio de protesta. “Los vientos de la revuelta Árabe” como calificó el diario el País a estas revueltas iniciadas en Túnez y que se desenvolvieron después en Libia en febrero con la consigna “"¡Bengasi, despierta, es el día que esperabas!" o "¡El pueblo derrotará a la corrupción!", también recordando la muerte de 1270 presos en 1996.

En lo corrido de las protestas hasta febrero se contaban más de 600 muertos en una locura de sangre por apagar las protestas y lo que condujo al bumerang que había lanzado Berlusconi : miles de personas huyendo de las sangrientas represiones en Libia, buscaban asilo en los seguros puertos de Europa (Italia), lo que inició una romería de balseros libaneses por los mares de África: hacia mayo, el drama migratorio era patético, los occidentales acusaban a Gadafi de utilizar a los refugiados contra el mismo occidente. Naufragios que iniciaban con mas de 600 personas a bordo y otros náufragos llegando a Italia. Pero lo que llenó de miedo a los xenofos italianos, fue la que ellos calificaron como invasión musulmana, lo que fue un tiro que le había salido por la culata a Berlusconi.

Escritor*

lunes, 25 de abril de 2011

DIEZ CONCLUSIONES EN MEDIO DE LA TEMPORADA INVERNAL



Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo



Con la fuerte temporada invernal que en estos momentos tiene en crisis varias regiones del país, quedan varias conclusiones. Dejo, por el momento, diez para considerar:


La primera, que el modelo de desarrollo extractivo y poco amable con la naturaleza, hizo crisis y que es urgente pensar en revertir procesos y repensar la relación H-N. Para ello, bien podría servirnos mirar las lógicas y cosmovisiones de comunidades negras e indígenas que de tiempo atrás mantienen una relación consustancial con la Madre Tierra. Si la tecnología y la técnica nos han permitido afectar de tal manera ecosistemas estratégicos y frágiles, ellas mismas deben servirnos para replantear ciertas actividades antrópicas que claramente ponen en riesgo la vida y las características de ciertos ecosistemas y por ese camino, la calidad de vida y la vida misma de millones de seres humanos.


La segunda, que al no tener una idea consolidada de Estado y un sentido de la responsabilidad de quienes fungen como funcionarios públicos, especialmente dentro de entidades como las CAR, responsables directos del manejo de las cuencas hidrográficas. Directores y demás funcionarios de dichas entidades actúan no con criterios técnicos y científicos, sino con la actitud propia de funcionarios nombrados bajo esquemas clientelares, dispuestos para beneficiar a empresas y a particulares poderosos, en el marco de una idea de desarrollo a todas luces equívoca, a juzgar por los claros efectos negativos que deja esta y la anterior temporada invernal en Colombia y que como siempre, afecta a los menos favorecidos.


La tercera, que hay total incapacidad del Estado para responder con eficiencia y efectividad ante eventos catastróficos. La actitud negligente de alcaldes y gobernadores, sumada a la inexistencia de una política ambiental nacional, son muestras fehacientes del carácter y el talante privatizado de un Estado débil y precario como el que hemos construido de tiempo atrás.


La cuarta, que mientras no se castigue ejemplarmente la falta de previsión, la ineptitud y en general la negligencia de alcaldes, gobernadores y de funcionarios de las CAR, una y otra vez se repetirán las tragedias que hoy lamentamos. Es urgente que la Procuraduría General de la Nación y la Contraloría General de la República revisen y esculquen las actuaciones de unos y otros, para determinar responsabilidades. Ya es hora que se castigue la irresponsabilidad de los funcionarios públicos que por acción u omisión han permitido el deterioro ambiental y las graves consecuencias dejadas hasta el momento por la ola invernal.


La quinta, que es urgente desmontar las redes clientelares enquistadas en las CAR y buscar reformarlas de tal manera, que sus funciones vayan encaminadas a establecer mejores relaciones con disímiles ecosistemas, bajo una nueva idea de desarrollo sostenible.



La sexta, que los particulares y cada uno de los ciudadanos colombianos, junto a organizaciones de la sociedad civil, actuemos con responsabilidad y demandemos de las autoridades ambientales el cumplimiento de los marcos legales ambientales. Hay que presionar y exigir a quienes han puesto el Estado al servicio de sus propios intereses y al de poderosos empresarios.


La séptima, que la Universidad y en general las asociaciones de profesionales (ingenieros ambientales, ambientalistas y planificadores, entre otros) vigilen de cerca el actuar de las CAR, de los alcaldes y gobernadores y del propio gobierno central, y demanden acciones concretas que eviten los estragos que hoy dejada la temporada invernal.


La octava, que es necesario revisar a fondo la política agraria en Colombia. Es hora de replantear las prácticas de monocultivo, especialmente aquellas que tienen mayores impactos en ríos y quebradas. De igual manera, lo que tiene que ver con la potrerización de vastas y frágiles zonas,


La novena, que es clave empezar a discutir políticas de poblamiento en aras de bajar la presión que actualmente se ejerce sobre zonas de ladera y ecosistemas de montaña. Por ello es clave un plan de ordenamiento territorial ambiental, que convine las necesidades económicas y sociales y en general el bienestar humano, y el conocimiento de las lógicas de complejos ecosistemas naturales.


Y la décima, hay que enfrentar con celeridad la pobreza que abraza a millones de colombianos. Al vivir en aquellas circunstancias, millones de compatriotas quedan a merced de furiosos ríos y quebradas, víctimas a su vez, de actividades antrópicas insostenibles. Hay que reubicar barrios y veredas, pero sobre todo, garantizar una vida digna a quienes hoy viven en condiciones de pobreza y fragilidad.



Adenda: ¿en ocho años de gobierno qué hizo Uribe Vélez por el país en materia de planificación urbana y política ambiental? Nada. Fueron dos periodos de clientelismo, de burda corrupción política y de desmonte del Estado social de derecho. Y pensar que existen aún colombianos que creen que ha sido el mejor Presidente de Colombia…

martes, 12 de abril de 2011

Contra el utilitarismo ( José Enrique Rodó en la critica a la “cultura” por Mario Vargas llosa)

Por Victor Manuel Nino


La conferencia "Poder y Educación Superior" a cargo de Mario Vargas Llosa, el pasado mes de marzo(2011), organizada por la UAM (Universidad Autónoma de México) tocó principalmente tres tesis : “las tercas especializaciones” universitarias como elementos destructores de la comunicación social; “El encuentro de las vocaciones” en los estudiantes como elementos constructores de la armonía social y como función de la universidad, y el cultivo de “las humanidades” (entre ellas principalmente la literatura) como bases constructoras también del desarrollo social que no debe ser estrictamente utilitario.

Estas tres tesis, sin exagerar, están acaso relacionadas con el ideal que sembró José Enrique Rodó en los intelectuales latinoamericanos: el ideal de Ariel que no precisamente sería su interpretación clásica Ariel, Calibán (Estados Unidos, Latinoamérica)que tantos tratados suscitó, sino la crítica de Rodó a la especialización en la educación y su ideal de la perfección de las humanidades y las artes en la cultura latinoamericana como base de su independencia y porvenir ; y esta formulación de Rodó está dada desde su visión del aislamiento de las sociedades latinas ( virreinatos) hasta su integración primera por medio de la cultura, pues es un axioma que una integración política económica de Latinoamérica despierta un gran recelo de las hegemonías potenciales del mundo, que siguen teniendo “espíritus de taifas” de división hacia el continente latino (divide y los tendrás), y con la no menos complicidad de aquellos que todavía siguen teniendo el espíritu de aquellos que construyeron sus “Insulas de Baratavia” no habiendo aun concluido la independencia de España.

Entonces no serían casuales las críticas de Vargas Llosa a los nacionalismos y sobre todo a los nacionalismos latinoamericanos, y que se hacen más perniciosos cuando estos nacionalismos vienen teñidos de cultura ( en un ejemplo reciente, la supuesta existencia de una intelectualidad Argentina, formulada desde un dogmatismo: el dogmatismo “intelectuales kirchneristas”;aun los nacionalismos formulados por políticos populistas de izquierda y derecha). Cuando la “cultura” se hace nacional, se burocratiza, y la burocratización de la cultura es la peor de las atomizaciones o partículas desintegradoras.

En el caso de las humanidades su atomización en Latinoamérica viene estructurada desde ese “espíritu de taifas” con el que se ha pretendido hacer imposible una “integración democrática, pacífica y solidaria de América latina. Esa atomización consiste en el profundo desprecio por la cultura que han manifestado las elites y los sucesivo gobiernos de las “Insulas” o “republique tas”, desprecio manifestado en muchas formas y de las cuales las principales están en las continuas proliferaciones de las universidades e instituciones privadas que encarecen la educación y le quitan la responsabilidad de los Estados a educar; el desprecio de una sociedad por la cultura que se ha hecho estrictamente utilitaria y ha fomentado la incomunicación y el vocabulario tecnócrata a altos niveles. En las Universidades el cultivo de las humanidades tienen ese elemento desintegrador principalmente con la adopción de los nacionalismos en carreras como literatura , traducido en las especializaciones de intelectuales que se dicen llamar “colombianistas” argentinistas “Ecuatorianistas” etc.. entonces no es casual especialidades como literatura colombiana, literatura argentina etc. y un abandono de los estudios integradores como las “antologías continentales” , sin contar la inundación de bibliografía que recae sobre los pobres estudiantes que no alcanzan a asimilar un solo libro de lo leído, de manera que cuando un profesor de literatura ejerce en el bachillerato, reproduce este aluvión que da como resultado el desprecio de la lectura en la sociedad. En filosofía los estudios se complican , pues los estudiantes se enfrentan a especializaciones más nefastas sin contar con el autoritarismo profesoral y el desatinado estudio de la “historia de la filosofía” lo que lleva a que los estudiantes no se enfrenten en grupo a los textos clásicos y así posibilite un dogmatismo que se irá a reproducir en el bachillerato.

Estas generalizaciones caben también en las carreras de Historia” solo que esta es más ideologizada en las universidades latinoamericanas en su apego a las teorizaciones que se fragmentan en especializaciones, regionalismos, nacionalismos. Así las cosas, las humanidades padecen de problemas que solucionar en una universidad que se hace utilitaria y opuesta a las humanidades. En Latinoamérica tenemos una universidad privada fuerte que debilita tremendamente la universidad pública y le impide su desarrollo democrático que es el de brindar educación gratis y de calidad. La universidad además siempre ha sido de corte profesionista y no desarrolla la investigación y la tecnología (lo que explica el nulo aporte latino a la ciencia y a la investigación y la ausencia de premios nobeles en estos campos) que es el bastión de los países desarrollados. No se puede formular desde una universidad de corte autoritaria o profesionista, una fundamentada critica a la tecnocracia que desarrolla las especializaciones, y más si la tecnocracia en las humanidades se fundamentan en un utilitarismo no desarrollado desde una investigación.

La crítica del premio nobel portugués de literatura José Saramago a los Estados que se han convertido en meros Estados policivos, en donde la mano invisible y la tecnocracia de especialistas del Estado pululan, apuntan a esto. La crítica de Rodó a las especializaciones en su “Ariel” están formuladas como las del premio nobel Vargas Llosa, desde una generalidad, lo mismo que en “Motivos de Proteo” el llamamiento a ejercer “la voluntad”. Para Rodó como en Grecia Antigua, el talento debe residir en el cultivo de todas las facultades humanas : razón e instinto; las fuerzas del espíritu y las del cuerpo; idealidad y realidad; lo mismo que para Vargas Llosa, lo que la Universidad niega: “espíritus muy capaces bajo un aspecto único y monstruosamente ineptos bajo todos los otros”(Rodó). La interpretación Rodoniana maniqueista entre solo instinto y razón no tienen cabida aquí.

Ignoro si en Vargas Llosa esta critica tendrá las consecuencias esbozadas aquí y si su postura “liberal” está compaginada con una universidad que sea del Estado, pero si obviamente “neutral” y con libertad de cátedra e investigación.

*Escritor